El ciclista alternativo
Existe cierto consenso en torno a que Lachlan Morton se ha convertido en el ciclista más peculiar del pelotón World Tour. En su defensa, su propio equipo le fichó para que así lo fuera. Desde que regresó en 2019 a la estructura de Jonathan Vaughters, el australiano combina un calendario tradicional con retos hasta hace nada incompatibles con la carrera de un profesional de carretera. Con su maillot de EF Education-Nippo, Morton ha tomado parte estos años en pruebas de ultradistancia como el desafío Badlands en España, ha completado Kokopelli Trail en 24 horas -se suele hacer en tres días- y ha afrontado el cada vez más extendido Everesting. Por supuesto, no suele faltar a Dirty Kanza, el Tour de Francia del gravel, ahora rebautizado como Unbound Gravel. Morton, que concluyó un Giro y una Vuelta, nunca ha participado en un Tour, pero él y su equipo ingeniaron la forma de afrontar la gran carrera francesa... a su manera. Bajo el epígrafe 'The Alt Tour', partió de Brest el mismo día que la Grande Boucle con el objetivo de llegar a París sin más ayuda que la del material que él mismo portaba en su bici, rememorando el espíritu de los primeros aventureros que participaron en el Tour. A la distancia de las 21 etapas se añadía la de los traslados, contabilizando los 5.510 kilómetros que Morton debía superar antes de que el pelotón llegase a París. Sin apoyo externo, durmiendo a la intemperie y con un fin benéfico, el oceánico alcanzó su objetivo al 18º día, el martes previo a que la caravana tomara los Campos Elíseos.