Dos días de ruta en Suiza
La primera impresión que tuvimos al ver la nueva Addict Gravel salta a la vista en las fotos: parece una bicicleta de carretera con ruedas más anchas. El plan de la prueba era sencillo: ir desde Givisiez hasta Gruyères -donde el famoso queso- y al día siguiente regresar al cuartel general de Scott. En total, unos 95 km. El equipo de Scott nos había avisado y la ruta fue muy divertida y variada: con pistas, donde la nueva Addict Gravel se comporta como si fuese una bicicleta de carretera, y tramos muy ratoneros, en los que los 45 mm de anchura de las cubiertas son un alivio. Con la bici anterior y sus cubiertas de 38 mm podríamos haber completado las rutas, pero seguro que más incómodos.
Desde el lago Gruyères la ruta comenzó a aumentar progresivamente su dificultad y diversión hasta llegar a un larguísimo sendero de unos 5 km en los que rozamos el MTB. La Addict Gravel se mostró muy ágil y rápida en la dirección, mientras que dimos gracias otra vez a los neumáticos de 45 mm porque en algunos momentos se nos acumulan las raíces y las piedras bajo las ruedas. Nos lo pasamos muy bien, aunque por momentos al límite de la seguridad.
El precioso castillo de Gruyères, al que llegamos tras superar una empinadísima cuesta empedrada, fue el entorno perfecto para conocer al detalle más sobre la nueva bici, unos datos que nos confirmaron lo que sentimos en nuestra primera prueba. La nueva Addict Gravel es más estable que la versión anterior; evidentemente más capaz gracias a sus neumáticos de 45 mm; y más sencilla de conducir por los cambios de geometría en la parte delantera. Con más confianza tras la experiencia del día anterior, el regreso 24 horas después por el sendero paralelo al lago fue aún más divertido, encadenando curvas con rapidez en las zonas más lisas, donde la Addict Gravel destaca por su maniobrabilidad. En carretera y pistas rápidas se siente tan rígida como lo era el modelo anterior, mientras que la comodidad -donde de nuevo los neumáticos tienen mucha incidencia- es otro de los aspectos en los que ha progresado notablemente.
Como anécdota, nuestra Addict Gravel 10, pero con potenciómetro incluido, será la bicicleta personal del triatleta Alistair Brownlee. Por el precio y el montaje es una opción bastante equilibrada -el modelo de entrada por 2.699 € nos parece una compra maestra- y que Scott haya decidido que cuatro de los cinco modelos, incluido este, equipen doble plato lo vemos muy acertado: un plato pequeño de 33 dientes y una corona grande de 36 son un seguro de vida. La posibilidad de disponer de dos juegos de ruedas y montarla con neumáticos de 28 mm para carretera, teniendo así una única bici, también es muy, muy tentadora.