Pasada de frenada

La valenciana del Río Miera-Cantabria Deporte se ha ganado a pulso ser considerada una de nuestras ciclistas con mayor proyección. Flamante vencedora de una prueba de la Copa de España, con sólo 19 años tiene las ideas así de claras.

Novena absoluta en el Campeonato de España y no te dio ni para conseguir medalla sub23. Menudo nivel el de tu generación... Sí, están todas muy fuertes, el circuito era exigente y las escaladoras se marcharon por delante. No soy superbuena bajando y me pilló el corte en el primer descenso del puerto. Cogí al grupo al pie de la segunda subida y ahí ya pagué el esfuerzo. Me quedé con Idoia (Eraso) mano a mano.

¿Deseando ya que la acaparadora Sara Martín suba de categoría? Tampoco es eso (ríe). No me gustan las cosas fáciles y me atraen los retos como es enfrentarse a una corredora de tanto nivel como Sara. Sucede igual en la Copa de España, donde hay chicas que me sacan los ojos y el interés se multiplica con unas carreras tan disputadas.

Tres palabras para definirte como ciclista. Competitiva, apasionada y cabezona.

Y otras tres en lo personal. Alocada, simpática y rebelde.

Tu familia es eminentemente ciclista. Sí, suelo decir que nací con una bici debajo del brazo en lugar de un chupete. Mi abuelo, que sigue pedaleando con 75 años y si no puede salir hace rodillo, mi padre, mi madre y mi hermano, al que iba a ver correr de niña y por quien me enganché. Mi padre es buen ciclista, aunque ahora rodamos menos juntos porque él sale a disfrutar.

¿Cómo es ganar una prueba de la Copa de España? Un poco raro. Me quedó el gusanillo en el Campeonato de España y a Pontevedra fui con toda la rabia del mundo. El equipo me facilitó mucho las cosas para controlar hasta el repecho de 1,3 km en el que se seleccionó la carrera. En el primer paso probé y me fui sola. En el siguiente nos marchamos cinco por delante. Me veía muy bien, pasando con fuerza a los relevos. A quien más miedo tenía era a Idoia. Entré primera en la última curva y así crucé la meta.

¿Sientes que estás en la temporada de tu explosión? El año pasado comencé a despegar. En mi primera carrera internacional fui 21ª. Terminé 25ª y primera española en la etapa inicial de la Ceratizit Challenge by La Vuelta, rodeada de gente muy buena como las chicas del Movistar Team. Los años de sub-23 son de aprendizaje y acabé satisfecha con la progresión de 2020. Sobre esa base, esta temporada he dado un paso más.

¿Qué titular te gustaría leer contigo como protagonista? Susana Pérez seleccionada para el Mundial. Un Europeo también me vale. Viendo estos días a Mavi y Ane, a largo plazo te diría SusanaPérez disputará los Juegos Olímpicos.

¿En qué ciclistas te fijas más? De chicas me encanta y observo mucho a Mavi García. ¡Está volando en todos los terrenos! También Sara Martín, que encima es poco mayor que yo. Y tengo la suerte de compartir equipo con Aida Nuño, a la que admiro desde pequeñita. De Van der Poel, Van Aert y Bernal me inspira lo que son capaces de hacer tan jóvenes.

¿Cuál es tu punto fuerte y el que debes mejorar? Cuando voy bien de cabeza, si sé que puedo, da igual lo que me pongan por delante. Si hay que dar el 200%, lo doy. La cabeza cuenta más que las piernas en el ciclismo. Me van los recorridos rompepiernas, explosivos, y me cuesta si hay varios puertos encadenados. No soy escaladora, pero sí cabezona.

¿Hay algún tópico sobre el ciclismo femenino que te moleste especialmente? Me saca un poco de quicio cuando dicen que no es sacrificado. Aquí hay muchísimo trabajo detrás, le dedicamos un montón de horas.

Completa la frase. Correr en el Río MieraCantabria Deporte es... Impresionante. Me encuentro como en casa y es un equipo muy familiar en el que están pendientes de ti. Me cuidan y me dan todo lo que tienen. Quiero estar a gusto y aquí me dan lo que necesito, que conmigo hay que ser muy pacientes (ríe). He recibido alguna propuesta con un poco más de calendario, pero por disputar dos carreras más no me voy a ir.

¿Cuál sería tu entrenamiento ideal? No suelo repetir ruta, va por días. Este invierno probé un recorrido nuevo de unos 150 km con 2.500 m de desnivel que me encantó, con muy poco tráfico, carreteras y puertos chulos: la vuelta a Otonel. Lo máximo que he llegado a rodar en un día son 185 kilómetros.

¿Prefieres salir sola o acompañada? Salvo que toque un entrenamiento muy específico, siempre acompañada. Tengo la suerte de contar con el apoyo de mi amigo Iván, que es una ayuda fundamental y me soporta cuando no me salen las series como quiero. Me permite desconectar y puedo contar con él 24/7.

Dejando la bicicleta a un lado, ¿por dónde te gustaría enfocar tu vida laboral? Policía nacional; ya estoy preparando las oposiciones. De niña lo tenía bien claro: "Ciclista profesional y policía", respondía cuando me preguntaban lo que deseaba ser de mayor.

¿Cuál es el artista que más canciones tiene en tu lista de Spotify? Pablo Alborán y últimamente Rauw Alejandro, Justin Bieber... no tengo un estilo concreto.

¿Qué parte/zona de Valencia es tu favorita? Vivo en Aldaya, en las afueras de Valencia, pero si puedo escoger me perdería por algún monte o río, un rincón donde se respire naturaleza.

Te gustaría tener el talento para la bici de... Van der Breggen, Van Vleuten... ¡Van sin cadena! Es increíble la facilidad que tienen, me dan envidia sana. Ojalá algún día llegue a ese punto. También prodigios como Juan Ayuso, con el que antes corría y mírale dónde está ahora.

¿Con qué compañera te irías de vacaciones? De mi equipo con todas, formamos una piña brutal. Pero escogería a Marina Garau (Bizkaia-Durango), mi mejor amiga desde cadetes. Hemos crecido juntas.

¿Seguirás montando en bicicleta cuando dejes de competir? Creo que sí, por la afición y por cuidarme. Quiero llegar a los 75 años tan bien como mi abuelo, terminar la ruta en bici e irme a tomar un café con mi pareja como hace él.

¿Tienes alguna manía incurable? ¡Muchas! No puedo arrancar con la bici sin limpiar antes las gafas. En la salida de las carreras las limpio de nuevo. Por citar otra de las miles, menuda parafernalia en casa para colocar la bici en su posición, que debe estar siempre con el manillar mirando a la puerta.