Cosnefroy se subió a las barbas del arcoíris
Llevaba una temporada discreta, pero el francés Benoît Cosnefroy (Ag2r Citroën) resurgió a tiempo para hacer suya la Clásica de Bretaña al imponerse en un largo sprint en cuesta al campeón del mundo, Julian Alaphilippe, que luchó hasta el final por la victoria pero quizá pecó de excesiva confianza. Ambos fueron los más fuertes en un recorrido de 251 kilómetros plagado de cotas. Deceuninck-QuickStep no aprovechó la superioridad que le otorgaba el danés Mikkel Honoré, tercero, que precedió a un grupo integrado por Hayter, Swift, Bonnamour, Stuyven y Madouas.
De Marchi y Hermans estiraron la escapada del día en esta prueba World Tour, hasta que Alaphilippe reaccionó desde atrás llevándose consigo a Cosnefroy, Honoré y el propio
Tadej Pogacar, quien no pudo soportar el ritmo de los mejores y acabó descolgándose. Neutralizado el dúo cabecero, Cosnefroy y Alaphilippe se destacaron, aunque no se entendieron y llegaron a discutir sobre los relevos. Honoré empalmó y ejerció de lanzador de su jefe de filas, aunque en esta ocasión la jugada no le salió bien a los ciclistas del Wolfpack. El ganador, de 25 años, sueña ahora con un Mundial
-fue campeón sub-23 en Bergen 2017cuyo trazado es de su agrado... aunque en Flandes probablemente le toque ponerse al servicio en la selección gala de su gran rival en Plouay.