"No me atreví a seguir a Mohoric"
Era el centro de todas las miradas, el ciclista capaz de todo a pesar de que, tal y como él mismo señaló, "es probablemente el monumento más difícil de ganar para mí". Pero si hay algo que aliente a Pogacar es precisamente eso, alcanzar los retos más difíciles, como ser el primer ganador del Tour de Francia que al año siguiente de conquistar París enlazase ese éxito con la Milán-San Remo desde que lo lograra Eddy Merckx en 1975. Pero el esloveno no pudo materializarlo. "Aun así, me marcho contento porque he tenido un rendimiento muy bueno". No es para menos. Hasta en cuatro ocasiones atacó en el Poggio para desgastar y soltar a sus rivales, nadie dio tanto espectáculo.
"He corrido de manera muy activa", quizás demasiado. Precipitación y derroche. También de su equipo, al que puso a los mandos de la carrera para añadir viveza y eliminar enemigos. "Tengo que darles la enhorabuena a mis compañeros por lo que han hecho por mí". Tampoco se olvidó de su compatriota Matej Mohoric, al que felicitó en público. Desveló que "antes de la salida me dijo que no intentase seguirle en la bajada y le respondí que era consciente de que iba a ser muy difícil, partiendo que sé que está loco cuando la carretera se pone cuesta abajo. Y mucho más con una tija telescópica para lanzarse a tope. Se ha merecido esta victoria". El del UAE desveló que "cuando me pasó en el descenso me di cuenta de que estaba tomando muchos riesgos saliéndose incluso del asfalto. Así que no me atreví a seguirle". Pero ya ha fijado su mirada en esta carrera para los próximos años. "Ha sido una clásica muy divertida".