Un poco de historia
Los primeros pedales automáticos fueron creados por Cino Cinelli en 1970. Para liberar el pie había que accionar una palanca, por lo que no podemos considerar a los Cinelli M71 totalmente automáticos. Su producción cesó en 1983 después de tres evoluciones del modelo original.
Otras marcas también probaron suerte, pero no tuvieron la aceptación de Look o Time y finalmente fueron descatalogadas.
Es el caso de Campagnolo con sus SGR -de 1988-, que poseían múltiples regulaciones pero resultaban muy pesados. Tampoco triunfaron los Adidas Systeme 3, que necesitaban una zapatilla específica que para desanclarse del pedal debía accionarse una palanca.
Inspirados en las fijaciones utilizadas en sus esquís, Look lanzó los PP65 en 1984, pero se dieron a conocer a nivel mundial gracias al triunfo de Bernard Hinault en el Tour del 85. La cala -llamada Delta- adoptó el estándar de tres roscas en la suela que perdura hasta la actualidad. En 2004 el sistema ARC dejó paso al actual Kéo, que rebaja la distancia entre el pedal y la zapatilla.
Time presentó en 1986 unos pedales automáticos con unas calas completamente diferentes a las Look. Carecían de regulación de la dureza del muelle y la flotación del pie era elevada. Tuvieron bastante éxito, sobre todo en competición.
Shimano comenzó a comercializar sus automáticos bajo licencia Look, pero tras el éxito arrollador de sus SPD para mountain bike, decidió adaptarlos a la carretera -con escasa difusión- manteniendo los dos tornillos de anclaje de la cala -muy pequeña y de acero-. Su rediseño aumentó el tamaño de la cala y la disposición de los tornillos, pero los SPD-R tampoco tuvieron la acogida esperada. Actualmente utilizan su estándar SPD-SL logrando, por fin, un elevado porcentaje de usuarios.