Pasada de frenada
Jesús del Pino
El escalador toledano, que acaba de cumplir 32 años, está completando su décima temporada profesional, sexta en el ciclismo portugués, enrolado en el Aviludo-Louletano-Loulé Concelho desde 2020.
Lo primero es lo primero. ¡Felicidades por ese importante 8º puesto en la Grandissima! ¿Cómo valoras tu participación en la prueba lusa? Muy positivamente, sobre todo porque en esta Volta a Portugal he ido en todo momento de menos a más. Mirándolo ya en frío, el peor día fue el de la llegada a Torre -tercera etapa- y el mejor, la última jornada de montaña, donde las sensaciones fueron realmente buenas. Estoy muy feliz con ese puesto, el mejor que he alcanzado hasta la fecha en la carrera. Además fui capaz de lidiar bien con la presión de liderar un equipo portugués, sobre todo porque para ellos supone la cita más importante del año. Y no es algo sencillo.
En la novena etapa, de gran dureza y con final en Senhora da Graça, estuviste muy cerca de los mejores. Como te comentaba antes, esa novena etapa fue mi mejor actuación de toda la Volta. Es verdad que pasé un momento de crisis en el penúltimo puerto donde me descolgué del primer grupo, pero gracias al trabajo de mis compañeros pude remontar mucho hasta concluir quinto y cerca de los favoritos. De hecho, logré mejorar algunos puestos y subí en el mismo tiempo que los tres primeros. Así que estoy muy contento.
La contrarreloj final recibió críticas de algunos corredores a causa de su peligrosidad.
¿Fuiste de los que la defendieron o de los que pusieron objeciones? Es cierto que durante el calentamiento previo a la crono sí que se me antojaba muy complicada, pero una vez en carrera, con todo bien señalizado y el tráfico cerrado, tampoco me pareció una cosa del otro mundo. También es verdad que era una contrarreloj técnica por ser urbana, pero no para calificarla como peligrosa.
No hay que dejar de lado que se ha tratado de una edición marcada por la convulsión dentro del ciclismo portugués, sobre todo con la polémica desaparición en los días previos del W52-Porto, sacudido por una operación contra el dopaje. ¿Qué opinión te merece? Lo del Porto creo que simplemente es la punta del iceberg. Pienso que hay mucho más detrás de lo ocurrido con este equipo, así que veremos si en las próximas semanas suceden nuevos acontecimientos.
Como ciclista integrante de un equipo portugués, ¿cómo viviste el apoyo del aficionado en la carretera? En cuanto a la afición, la he notado igual de numerosa que en otras ediciones, siempre volcada con la carrera y los ciclistas, sobre todo en el norte porque la población es mayor.
Sin duda la Volta a Portugal ha refrendado una temporada muy regular por tu parte. Si
hablamos de futuro, y conocidos tus orígenes ciclistas, ¿podría servirte para recalar en un ProTeam o es algo que ya no ves posible? Un salto a un equipo así es algo para lo que no pierdo la esperanza. Siempre esperaré una oportunidad. Con un calendario adaptado a mis características creo que podría aportar mucho a un conjunto de esa categoría y conseguir grandes resultados.
Si valoramos el presente, ya son media docena las temporadas que llevas en el ciclismo portugués, al que llegaste tras otras cuatro en el Burgos-BH. ¿Te sientes feliz en el AviludoLouletano-Loulé Concelho? En mi equipo me considero muy bien valorado y sobre todo contento por la gran relación que hemos forjado entre todos. Es cierto que pasamos por altibajos con la pandemia y el año pasado por el retraso de la temporada. Como añadido, somos un equipo humilde pero tampoco siento que me haya faltado de nada.
¿Crees que el calendario portugués es suficiente para disputar una temporada digna a nivel de días de competición? Sí, es un calendario muy digno, aunque está claro que se podría mejorar con alguna vuelta más o alguna carrera internacional. Sobre todo sería fundamental que hubiera colaboración con el calendario español porque algunas citas se solapan y eso resta días de competición.
¿Qué tres palabras servirían para definirte como ciclista y cuáles lo harían como persona? En la bicicleta soy regular, ambicioso y disciplinado. En lo personal me considero inquieto, observador y humilde.
Háblame de tu pueblo, Segurilla. ¿Qué lugares promocionarías en una visita guiada si te nombraran consejero de Turismo? Segurilla, provincia de Toledo, es donde he nacido, crecido y donde continúo viviendo actualmente. De aquí recomendaría la subida a la Atalaya, que es un mirador espectacular sobre el Valle del Tajo, y también la Ruta del Riscal, que incluye un molino y unos saltos de agua que cuando hay mucha resulta espectacular.
¿Escondes algún tipo de manía que se haya hecho crónica para confesar? No tengo ninguna... al menos que sea inconfesable.
Todos los ciclistas persiguen un sueño. ¿Cuál sería el tuyo? Sin lugar a dudas, correr alguna vuelta de tres semanas.
¿Con qué compañero del mundillo del ciclismo te irías de vacaciones? Escogería a mi paisano David Arroyo. Son muchos años ya de entrenamientos juntos. La confianza y la amistad que comparto con él no la tengo con nadie más.