Ciclismo a Fondo

El día menos pensado

- Texto Fernando Belda Fotos Luis Ángel Gómez/Rafa Gómez/ Sprint Cycling Agency

En poco más de tres semanas, Enric Mas pasó de un panorama sombrío y lleno de dudas a firmar su actuación más aplaudida como ciclista del Movistar Team. Un segundo puesto que además otorga a su equipo un enorme botín de puntos UCI -844 en total- con el que casi asegura su continuida­d como WorldTeam el próximo trienio.

Es su tercer podio en La Vuelta -tras los segundos puestos logrados en 2018 con QuickStep y el año pasado- y el más meritorio teniendo en cuenta

"lo del Tour. Viniendo de donde veníamos hace 45 días, estar en el podio es algo muy bonito para mí y para todo el Movistar", decía el balear en Madrid. Más allá de su pobre rendimient­o en la montaña de la Grande Boucle y de su abandono por Covid, el bloqueo mental que sufrió en los descensos -producto de sus caídas en Tirreno, Itzulia y Dauphiné- le colocaba en una situación de gran incertidum­bre, hasta el punto de dejar en el aire su presencia en la ronda española.

Se puso en manos de profesiona­les para trabajar el aspecto mental y el equipo confió en él. Mas -alejado de favoritism­os en los pronóstico­sinició la carrera con dudas pero más relajado y sonriente de lo habitual. Como si se hubiera quitado de encima toneladas de presión. "He hecho un pequeño reset tras el Tour, aunque me queda bastante para ser el Enric de antes. Iremos día a día y a ver cómo respondo", aseguró en la rueda de prensa previa al inicio. "En la vida y en el deporte hay momentos en los que estás en lo más alto y otros, como en el Tour, que te encuentras bloqueado y hay que pasarlos. Estamos en el camino. Espero hacer ese clic y cambiar la dinámica", añadía.

SE VINO ARRIBA

Empezó La Vuelta y fue creciendo día a día, sobre todo en confianza -las buenas piernas siempre estuvieron ahí-, hasta atisbar al Enric más incisivo y seguro de sus posibilida­des que nunca hayamos visto desde que fichara por el equipo telefónico. Cuando menos se esperaba, llegó el clic y su figura se agigantó hasta tener opciones de conquistar su primera grande. Las primeras llegadas en alto le confirmaro­n, junto a Evenepoel y Roglic, en el trío más poderoso de la carrera. Tercero en la explosiva llegada de Laguardia y en Pico

Jano, donde fue el único capaz de aguantar el descomunal ritmo del talento belga, cedió tiempo en la contrarrel­oj y volvió a brillar en la montaña, la Pandera y Sierra Nevada, donde fue segundo tras Arensman y el mejor de los favoritos. El abandono del esloveno en la 16ª etapa dejó la lucha por La Vuelta en un mano a mano con Remco Evenepoel, al que apretó hasta el final.

Si analizamos las etapas en que hubo diferencia­s entre ambos, vemos que Remco cimentó su victoria en las cronos. 29" le sacó en la inaugural por equipos de Utrecht y 1'51" en la individual de Alicante. Los 44" en que le aventajó en Les Praeres -donde Mas se cebó intentando seguir su rueda- los compensó en la Pandera (20") y Sierra Nevada (36"), el fin de semana en que el maillot rojo mostró unos síntomas de debilidad que llevaron al balear a creer que era posible.

"Si estoy bien lo seguiré intentando", advertía en la segunda jornada de descanso. Así fue, dando paso a su versión más ofensiva. Atacó a Evenepoel en la subida al Monasterio de Tentudía (17ª etapa) y, sobre todo, en el Piornal (18ª), donde hasta en siete ocasiones demarró buscando soltar a un líder al que llegó a poner en apuros en alguno de sus acelerones más sostenidos. Evenepoel y Mas certificar­on ser con diferencia los más fuertes y resolviero­n su duelo en un sprint con Gesink como invitado, en el que el del QuickStep dio un golpe de autoridad para afianzar su trono.

Quedaba la traca final de la Sierra de Guadarrama, pero ese día su ofensiva quedó en un único intento en Morcuera rápidament­e sofocado por el líder. "Teníamos ganas de atacar pero he pasado un mal día; no había fuerzas", reconoció después. Pese a todo, la ronda española acababa para el balear con sabor a éxito. Su mayor triunfo fue la solidez mental demostrada para revertir en pocas semanas una situación muy complicada para un ciclista de élite. Subido al podio, certificab­a su recuperaci­ón tras los numerosos percances que le han lastrado física y mentalment­e en 2022. "Cuando abandoné el Tour no pensaba que esto fuera posible. Terminar así la temporada de rondas por etapas es emocionant­e y da esperanza para el futuro".

Enric Mas hizo ese clic que esperaba y La Vuelta de la ilusión para el ciclismo español fue testigo de su renacimien­to... el día menos pensado.

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 ?? ?? A palos en el Piornal.
El jefe de filas del Movistar lo intentó hasta siete veces, pero Evenepoel le remacharía. Enric perdió terreno en la última parte de la crono de Alicante.
A palos en el Piornal. El jefe de filas del Movistar lo intentó hasta siete veces, pero Evenepoel le remacharía. Enric perdió terreno en la última parte de la crono de Alicante.

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