El día más largo
A pesar de minimizar las pérdidas en la meta del Puerto de Navacerrada con el resto de contendientes por los puestos quinto al séptimo de la clasificación general, el estrecho margen que les separaba acabó pensando como una losa para Carlos Rodríguez en su -comprensible- peor día de las tres semanas de competición. Víctima de las consecuencias de una caída sufrida dos días antes, el sexitano del Ineos Grenadiers vivió un calvario en el que definió tras atravesar la meta como día más duro hasta la fecha de su carrera deportiva.
"Desde el comienzo sabía que iba a ser el más largo de mi vida deportiva. Después de la primera subida en la que me he descolgado, pude recuperar y a partir de ahí todo ha sido concentrarse en comer, beber y correr a mi ritmo, sin meterme en la guerra de los ataques del resto. En la salida pensaba que ni siquiera iba a poder terminar y lo hago contento y, sobre todo, muy agradecido a todo el equipo". Pese a las molestias y a la decepción, le quedaron tiempo y ganas nada más atravesar la llegada para abrazarse y felicitar a Remco Evenepoel delante de las cámaras de todas las televisiones y fotógrafos. Minutos después se confirmaba que cedía la quinta posición a Joao Almeida y, por un segundo que acabarían siendo doce por los cortes de la última llegada en Madrid, la sexta al neerlandés Thymen Arensman.
Debutante en una prueba de tres semanas en su tercera temporada como profesional, el andaluz tuvo la mala suerte de perder en una única jornada, y apenas a veinticuatro horas para la conclusión en Madrid, la posición dentro del top 5 de la clasificación general que venía manteniendo desde la etapa con llegada al Colláu Fancuaya en el octavo día de competición. Con un sólido rendimiento que le llevó a estar cinco veces entre los diez mejores de etapas a lo largo de la prueba, y una cuarta posición en la crono de Alicante como hito en su rendimiento, desbordó las ilusionantes previsiones generadas con su primera participación en La Vuelta, tanto por ganarse el siempre complicado liderato de su formación, como por rematar una brillante campaña donde se le ha podido ver destacar en escenarios tan variopintos como la Strade Bianche, el Campeonato de España o numerosas pruebas de una semana en las que ha acumulado hasta cuatro posiciones entre los cinco primeros de sus clasificaciones finales.
Con permiso de Juan Ayuso, junto a quien es de esperar que protagonice a corto plazo un buen número de duelos al más alto nivel para delirio de la afición española, el futuro de nuestro ciclismo debería pasar en gran parte por sus piernas.