A su auténtica medida
Ayuso, Ayuso, Ayuso... a Matxin le hablan de Juan Ayuso y, como sabe manejar los tiempos y los mensajes mejor que nadie, interrumpe el discurso para insertar: "Me molesta que no me preguntéis por Marc Soler. Es un corredorazo a quien quiero agradecer todo lo que ha hecho por el equipo y por sus compañeros. Para, arranca, métete en la fuga, tira del grupo...". Un papel 'ad hoc', en palabras del máximo responsable de UAE Team Emirates. "Confiábamos en Juan [Ayuso] y sabíamos desde el principio, aunque no lo mostráramos públicamente, que podía estar delante. Y, obviamente, nuestro líder era Joao Almeida. Si hubiéramos partido con demasiados jefes de filas, los recursos se hubiesen acabado dividiendo y perdiendo. Por eso elegimos que Marc intentara cazar etapas y trabajara para los líderes en los momentos clave. Creo que él está disfrutando de esta función, que se siente partícipe e importante para él mismo y para el equipo".
Esta temporada, 2022, hemos visto al mejor Marc Soler (1993, Vilanova i la Geltrú-Barcelona) de siempre. O, mejor dicho: hemos visto al mismo Marc de siempre, elevado a su máxima potencia. El mismo ciclista incontenible de las carreras del Torneo Lehendakari, locamente pagado de sí mismo, confiado en su exultante fuerza hasta que, una de dos, alzaba los brazos en línea de meta o explotaba por el camino.
"Marca de la casa". Así definía Pablo Lastras, su antiguo director en Movistar Team, su cabalgada en Bilbao. Aquel día arrancó desde atrás, con la fuga ya hecha; enjugó los tres minutos que esta contaba de ventaja; la rompió, se descolgó, y finalmente aceleró hasta que nadie pudo seguirle. "Supo correr y moverse y fue quien más se mereció el triunfo", completa el Pencas.
El triunfo había esquivado a Marc Soler esta temporada hasta ese éxito vizcaíno. Y él, que esta campaña había rubricado cabalgadas espectaculares en País Vasco, que había sido la mejor opción española para romper la sequía en el Tour de Francia, que había sido más útil que nunca para su equipo, la necesitaba. "Me ha dado tranquilidad y seguridad en que hago bien mi trabajo; que las cosas pueden salir bien después de un tiempo donde no habían salido del todo... Es una gran recompensa al muchísimo trabajo que hay detrás".
Seis veces más se escapó Marc Soler en La Vuelta: a veces para sí mismo
(2º en el Colláu Fancuaya, 3º en Peñas Blancas, 4º en el Monasterio de Tentudía) y otras para sus compañeros (impagable labor táctica en Sierra Nevada, Piornal o Navacerrada). Acabó encabezando la tabla de ciclistas con más kilómetros fugado y subiendo al podio de Madrid a recibir el premio de la combatividad. Un premio, como su rol en UAE Team Emirates, a su auténtica medida.