El nuevo Dumoulin
Las baterías de Thymen Arensman parecen no agotarse en el año de su confirmación al más alto nivel tras cinco temporadas desde que diese el salto a la categoría Continental con el SEG Racing de su país en 2018. Integrante del top 10 de las generales de la Tirreno-Adriático y el Tour of the Alps durante la pasada primavera, y destacado semanas después en diversos pasajes del Giro de Italia que cerraría concluyendo segundo en la crono final de Verona, ha sabido con el paso de los meses recuperar y mejorar aquella versión con sus actuaciones en la Vuelta a Polonia -segundo y vencedor de la contrarreloj- y sobre todo en el tercio final de la Vuelta a España, donde se mostró como uno de los corredores más fuertes de la carrera.
Ganador en la cima de Sierra Nevada rematando una complicada fuga por número y nivel de integrantes, el neerlandés del Team DSM protagonizó una notoria remontada iniciada en suelo andaluz que le llevaría también a ser con los días segundo en Navacerrada, quinto en el Piornal y a acabar finalmente sexto de la clasificación general con apenas doce segundos de ventaja sobre Carlos Rodríguez. En la crono de Alicante, su teórico terreno predilecto, se comportó sorprendentemente de modo muy discreto, terminando en una anónima 32ª posición a casi tres minutos del belga Remco Evenepoel.
Su notable actuación en La Vuelta, y en general a lo largo de la temporada, no ha pasado inadvertida para los grandes equipos de la categoría y en las últimas semanas ha sonado con fuerza el rumor de su fichaje para el año que viene por Ineos Grenadiers. Queda la incógnita de saber si su incorporación al conjunto británico será un freno o un trampolín para la progresión deportiva de este corredor de 22 años originario de Deil, al sur de Utrecht, y que en 2018 rivalizó con el mismísimo Tadej Pogacar por la victoria final del Tour del Porvenir.
"Mis padres se conocieron gracias al ciclismo y nuestro hogar a veces gira únicamente en torno a este deporte. Está tan presente en nuestras vidas que no conocemos nada más", declaraba recientemente en la prensa de su país a la par que se reconocía en la figura de un compatriota familiar para todos y del que espera heredar su espacio vacante en el ecosistema del ciclismo neerlandés, Tom Dumoulin. "Estoy progresando como contrarrelojista y soy un escalador relativamente pesado de mucha potencia. Debo ganar experiencia mental para ver si dedicarme a las clasificaciones generales es lo que de verdad quiero y puedo hacer", afirma Arensman, antiguo estudiante de Historia en la Universidad de Utrecht.