La "contrarrelojista" dorada
El espíritu olímpico de Pierre de Coubertin continúa vivo en Anna Kiesenhofer (1991, Kreuzstetten). No por mil veces contada su historia resulta menos impresionante: matemática de oficio y devoción, la austriaca practica el ciclismo lejos de los marcos convencionales. Campeona de la Copa de España en
2016 por circunstancias, ya que participó porque vivía en Arenys de Mar mientras investigaba en la Universidad de Barcelona, ha relegado su vida deportiva a un plano secundario frente a su carrera académica. Y eso que en los Juegos Olímpicos de Tokio dio la sorpresa al hacerse con el oro en la prueba de ruta. "Simplemente no me gusta ir en pelotón -explica-. Por eso no me he enrolado en ningún equipo profesional: porque me hubieran obligado a participar en muchas carreras que no me gustan". Así discurre, lejos del grupo. Sucede que este verano se cruzó en su vida el Soltec de la Fundación Marcelino Oliver, joven equipo Continental murciano que había conseguido una invitación para La Challenge y tomó la polémica decisión de prescindir de la mitad de su plantilla para reclutar un seis nuevo de cara a la gran ronda española. "Viendo que no habíamos obtenido resultados [en las carreras anteriores], no me podía jugar La Challenge con las cartas que tenía", explica su mánager Nino Oliver. "[Quienes ya no están] Son ciclistas a las que debemos estar agradecidos, porque nos hicieron el equipo; y las puertas están abiertas para cuando quieran regresar. Pero aquí debía jugar otras cartas, porque el nivel era diferente". Fue en esa caza de talento que Oliver encontró a Kiesenhofer. "Vimos que no tenía equipo y le hicimos una propuesta -relata-.
Ha sido una negociación bastante fácil porque
Anna es una persona increíble y encantadora". La austriaca estuvo a la altura de la ocasión con varias demostraciones de combatividad; la mayor, en la cuarta etapa en la que arrancó de salida y rodó en solitario casi 160 kilómetros para morir en la orilla. "Esta es mi mentalidad: soy una contrarrelojista a quien le gusta ir en solitario, que detesta especular y jugar con la estrategia". A fe que, con su esfuerzo, no racanea.