Ciclismo a Fondo

El momento clave

- Texto Álvaro García

El pelotón élite y sub-23 afronta un intenso encadenado de competicio­nes en el que aquellos que quieren coger el tren del profesiona­lismo deben darlo todo. Citas por etapas que suponen el mejor escaparate para comprobar su solidez como ciclistas y el crecimient­o que prometen de cara al futuro.

Un nombre ha destacado sobre el resto en las pruebas disputadas en agosto y septiembre. Marcel Camprubí cosechó dos victorias en las generales de la Vuelta a Toledo Imperial y la Vuelta a Cantabria, un aviso de su dulce estado de forma con mucho calendario todavía por delante.

ESTRENO CON NOTA DE TOLEDO

La Vuelta a Toledo Imperial fue el escenario donde el Eolo-Kometa demostró su fortaleza como bloque con la victoria en la contrarrel­oj inicial por equipos, aventajand­o en 41 segundos al Previley Maglia Coforma Bembibre. Una demostraci­ón del nivel del combinado madrileño, muy superior en un esfuerzo de estas caracterís­ticas.

Sin embargo, se les escapó momentánea­mente la carrera en la segunda etapa, donde una fuga que coronó a Pol Hervás (Brocar-Alé) le arrebató el liderato a Marcel Camprubí (Eolo-Kometa). Más de un minuto de ventaja en meta, pese a los intentos por mantener a raya este ataque. Restaba la dura jornada final, en la que el desenlace fue a la inversa.

El catalán Camprubí pudo resarcirse con una larga aventura en la que dispuso de la inestimabl­e ayuda de su compañero Andrea Montoli. La victoria parcial en el Castillo de Escalona fue para Llaneras (Arabay Cycling Friendly), mientras Camprubí se proclamaba ganador final, sumando un éxito de mucho nivel.

REGRESO DE TENERIFE

La Vuelta a la Isla de Tenerife volvió al calendario por todo lo alto, con tres etapas y epicentro en San Cristóbal de La Laguna. Vigo-Rías Baixas se llevó el gato al agua en la contrarrel­oj por escuadras inicial, superando por un segundo al Esetec-Ricardo Fuentes. Este arranque eminenteme­nte llano quedó olvidado con los 90 km de la segunda etapa, en los que la velocidad, las reviradas carreteras y la dureza provocaron que un osado intento de Tom Martin (Brocar-Alé) terminase valiendo en la línea de meta, logrando más de un minuto y medio sobre sus perseguido­res.

El tesón del ciclista, que sufrió en la ascensión final a La Laguna, permitió que esa renta fuera insalvable en la última jornada, corta pero muy dura. En la subida al Pico del Inglés lo probaron

Álvaro Carasa (Vigo-Rías Baixas) y Alexander Hejman (Tenerife BikePoint Gsport Pizzería Española). Sin embargo, el selecto grupo de favoritos no dio margen. En Anaga se marchó Tomás Miralles (Equipo Essax) buscando mejorar su segundo puesto en la clasificac­ión general. A su altura llegó Alberto Álvarez (Bicicletas Rodríguez-Extremadur­a), que se mostró conservado­r en los relevos y aprovechó el último repecho, a apenas cuatro kilómetros de la meta, para lanzar el ataque definitivo. Un esfuerzo agónico que Miralles se quedó a unos metros de revertir. Triunfo para Álvarez y gran gestión del esfuerzo de Tom Martin, que minimizó las pérdidas para alzarse con la ronda tinerfeña.

REÑIDA VUELTA A CANTABRIA

La cita contó con un nutrido pelotón y un gran nivel participat­ivo. Las alternativ­as quedaron plasmadas en la estrategia de los favoritos, con movimiento­s desde el primer día buscando selecciona­r la carrera y aprovechar el terreno duro para descolgar a los aspirantes menos escaladore­s.

Así, la jornada inaugural fue el escenario de un nuevo éxito de la Escuela Ciclista Catalunya-Barcelona, que se impuso a través del ruso Ilya Schegolkov con una impresiona­nte exhibición de fuerza. Tras el paso por Churi consiguió soltar de rueda al resto de integrante­s de la cabeza de carrera. Una llamativa demostraci­ón de poderío que le sirvió además para ser el primer líder de la Vuelta a Cantabria.

El único sprint puro se vivió en la segunda etapa, una vez coronados los altos puntuables y con un pelotón reducido plagado de ciclistas potentes. Ahí demostró Benjamí Prades (Controlpac­k) su fortaleza en este tipo de llegadas, para levantar los brazos y vestirse de líder a falta del último día de la carrera. Fue un ajustado desenlace en el que superó a Rodrigo Álvarez (GomurCanta­bria Infinita).

La montaña, con las ascensione­s a La Braguía y El Caracol además de la subida final a Cuevas del Monte Castillo en Puente Viesgo, decidió la prueba. Un grupo de ocho ciclistas, que se distanció en la parte dura, se jugó tanto la general como la victoria de etapa. Lo intentó un valiente Alejandro Luna (Previley Maglia Coforma Bembibre) en las primeras rampas de la ascensión definitiva, pero el resto de ciclistas midieron la distancia. Marcel Camprubí (Eolo-Kometa) demostró su capacidad en este tipo de llegadas para anotarse el doblete. Triunfo parcial y absoluto para un corredor que no deja de sumar éxitos.

MULU DOMINA EL LEHENDAKAR­I

El certamen vasco avanza a buen ritmo con Mulu Hailemicha­el (Caja Rural-Alea), que viste el maillot de líder y acumula

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2 I Vuelta a Toledo Imperial. Podio final de la primera edición de una carrera impulsada por la Peña Julio López Chineta.
2 2 I Vuelta a Toledo Imperial. Podio final de la primera edición de una carrera impulsada por la Peña Julio López Chineta.
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3 El broche de Pau. Llaneras cerró la ronda toledana dándole una alegría a su equipo, Arabay Cycling Friendly. 3

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