Estreno del recorrido Fondo
Al descubrir que se estrenaba una versión corta en La Perico by TotalEnergies pensé...
¡por fin ha llegado la oportunidad de terminar La Perico! Había participado otros años, pero sin completar los 164 kilómetros y 3.200 metros de desnivel. Ahora podía optar por sólo 119 km y 2.100 m, la ruta a la que llamamos el atajo cuando nos pasamos del límite de tiempo. La fecha coincidía con el cumpleaños de Javier -mi hijo mayor-, que ya terminó La Perico en su día, pero que por sus estudios llevaba dos años sin coger la bici de carretera. Así que Fran Chico -mi pareja y padre de Javier- y yo le propusimos celebrarlo estrenando el recorrido corto. Al equipo se unió nuestra grupeta de bici de montaña de Cercedilla, José, Iván y Jesús. Pudimos salir de los primeros -por llevar el maillot azul de esta edición- con amigos como Dori Ruano y Antonio de la Rosa, aunque rápidamente nos quedamos atrás. La subida a Navacerrada nos la marcaba el grupo, porque tardo en calentar y me quedo con los que cierran la marcha, perdiendo a mi gente. Pero me prometieron que íbamos a ir todos juntos y así fue. Me esperaron en la cima y en el llano hasta Cotos ya pude recuperar a rueda de la grupeta. De este modo llegamos a la mitad del recorrido -km 69- en Lozoya para ascender el puerto de Navafría, donde me descolgué pero tuve la suerte de pedalear junto a un ciclista con el que subí hablando tranquilamente.
Arriba nos esperaba el avituallamiento, los compañeros y recuperarnos con los sándwiches, la sandía, las barritas, las bebidas, etc. Coincidimos con Pedro Delgado, que venía de la marcha larga, y con él descendimos hasta Torrecaballeros, aunque ya en los llanos su grupo iba a un ritmo tan rápido que decidimos quedarnos atrás. Faltaba poco y aunque los últimos kilómetros parecen sencillos, al final esos repechos hasta llegar a Segovia se hacen muy largos.
Tras 120 km de marcha llegamos a meta todos juntos, entrando del brazo en el arco de llegada. Hay que agradecer lo bien que nos cuidan en La Perico, con fideuá, helados, cañas, melón y postres lácteos. Y aún hay más, porque las mujeres teníamos unos calcetines personalizados de Perico Delgado, un detalle que se agradece y que anima a más chicas a pedalear en estas marchas, especialmente cuando hay distancias más cortas que nos permiten llegar a meta tranquilas y sin ningún agobio, disfrutando con la grupeta y la familia. Y me quedo con la frase de Pedro: "Estamos enseñando a ganar, cuando deberíamos enseñar a convivir con la derrota".