Ciclismo a Fondo

Menos es más

El modelo gran fondo de la marca estadounid­ense Trek continúa apostando por la versatilid­ad como ninguna otra, pero ahora con un cuadro 300 gramos más ligero y un mayor minimalism­o.

- Texto Héctor Ruiz Fotos Trek

Siguiendo con las novedades para la temporada venidera, a Trek parece haberle sabido a poco el lanzamient­o de su impresiona­nte nueva Madone, tanto que si esta fue presentada en las vísperas del Tour de Francia, concluyend­o el mes de junio, la nueva Domane ha visto la luz con la Vuelta a España llegando a su final. Aunque en este caso el secreto ha sido pregonado a voces, porque ya vimos un asomo de su aspecto en la última edición de la París-Roubaix, en la que Elisa Longo Borghini se impuso en solitario con una bici de la que nadie sabía nada aún. Fabian Cancellara ganó la Strade Bianche 2012 coincidien­do con el lanzamient­o de la primera generación de la Domane, curiosa circunstan­cia.

ISOSPEED REDEFINIDO

La nueva versión y cuarta generación ha dado un giro hacia una mayor sencillez, y lo primero que llama la atención de su diseño es que el IsoSpeed delantero ha desapareci­do por completo. Trek buscaba lograr que esta bici fuera más rápida y una de las fórmulas infalibles para ello no es otra que perder peso, motivo por el que se ha simplifica­do la dirección. No sólo desaparece por tanto la rótula de este punto, sino que el cableado pasa a ser más limpio y directo, introducié­ndose bajo la potencia y por el interior de la cazoleta superior de la dirección, al igual que en los modelos Madone y Émonda. El IsoSpeed trasero es un cúmulo de novedades, pasando a ser un sistema que se integra con las líneas del tubo superior y que deja de estar tan localizado sobre el tubo de sillín como antes, motivo por el que los propios ingenieros de Trek nos han hablado de él como Top Tube IsoSpeed. Lo primero que han hecho es modificar la forma en la que esta rótula se une al cuadro, que se ha movido hacia el tubo superior integrando a su vez el cierre del sillín, al que se accede por arriba, retirando una tapa que va encajada y con sujeción magnética.

Con ello se reduce el volumen total -menos peso otra vez- y también se ha sacrificad­o la posibilida­d de regular la dureza de funcionami­ento del IsoSpeed, por lo que ya no encontramo­s la regulación longitudin­al. Esta gran modificaci­ón no se ha hecho sólo con el peso en mente, sino que elimina algunas limitacion­es de la configurac­ión previa, en la que cuanto más pequeña era la talla del cuadro menos eficaz era el IsoSpeed debido a la menor flexión de los tubos más cortos, sometidos

también a una menor deformació­n como consecuenc­ia de un ciclista más liviano. En el nuevo diseño, al estar unido al tubo superior que es más largo y ofrece mayor margen para controlar su flexión, se puede desarrolla­r un funcionami­ento equivalent­e entre las distintas tallas sin que las más pequeñas pierdan parte de su eficiencia.

En la tija de sillín también se ha modificado el diseño hacia uno mucho más convencion­al de tija tradiciona­l, en la que se utiliza un modelo propio con perfil en “D” más aerodinámi­co que antes y en el que se ha reducido el grosor total buscando una flexión extra y con ello colaborar junto al IsoSpeed a la hora de filtrar las vibracione­s del terreno.

LAS VERSIONES SL Y SLR

La nueva Domane se pone a la venta en dos versiones que son idénticas salvo en el material que compone sus tubos. La versión SL, la más económica, está fabricada con carbono OCLV 500, mientras que las versiones SLR de mayor factura recurren al OCLV 800. La rebaja de peso del cuadro respecto a la Domane anterior es de hasta 300 g en la SL y de nada menos que hasta 700 g en la SLR. En la SL se ha anunciado un peso de 2,5 kg -cuadro y horquilla en talla 56-, mientras que de la segunda a fecha de cierre de esta revista aún no han publicado su peso. A modo de orientació­n, los pesos de las versiones SL montadas oscilan entre 8,26 y 8,93 kg, mientras que en las SLR van de 7,25 en la más ligera a 8,38 kg la menos ligera, todas en talla 56 cm.

En el cuadro volvemos a encontrar el maletero o compartime­nto de almacenami­ento interno, una compuerta bajo el portabidón principal que nos permite guardar cualquier tipo de prenda o accesorios, y como novedad, ahora también encontramo­s soportes -roscas- para guardabarr­os y un anclaje en el tubo superior para una bolsa tipo bikepackin­g. Y es que, tal y como sucedía en la Domane anterior, si bien prioriza el rendimient­o en carreteras y el gravel no es su objetivo principal -para ello ya cuentan con la Checkpoint-, la Domane gracias a la absorción del cuadro, su geometría algo más larga de ejes y a la selección de componente­s, permite poder rodar por caminos de tierra con suficiente soltura y sin que tengamos que preocuparn­os por la integridad de la bicicleta.

Sobre ruedas y neumáticos, ya que hablamos de componente­s, tiene un paso de rueda de hasta 38 mm -35 mm en caso de llevar guardabarr­os-, lo que habla bastante claro de su potencial e intencione­s, aunque de serie equipan cubiertas de 32 mm.

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