Merkel pide “concesiones” en Europa y Michel prepara un plan que contente a los austeros
Sánchez y Conte muestran unidad y urgen a los socios a aprobar el fondo El Consejo limitará el presupuesto de la UE para no quitar fuerza a la ayuda
Todos tienen que hacer “concesiones” para sacar adelante el fondo de reconstrucción europeo. Desde los 27 socios, entre los que se ha abierto un cisma por la forma y condiciones que tenga la herramienta, hasta instituciones como el Parlamento Europeo, que tienen que validar la decisión de los Estados miembros. La canciller alemana, Angela Merkel, instó ayer en la Eurocámara a todos los agentes comunitarios a ceder en algunos puntos para conseguir cuanto antes un acuerdo, a poder ser en la próxima cumbre de los Veintisiete, que tendrá lugar el 17 y 18 de julio en Bruselas, ya de forma presencial.
“Serán necesarias concesiones por parte de todos. Estamos ante una situación extraordinaria y sin precedentes en la historia de la UE. Necesitamos unidad europea”, dijo ayer la canciller en su primera intervención en el Parlamento Europeo con motivo de la presidencia rotatoria de la UE, que Alemania ostenta desde este julio.
Merkel señaló que “no hay tiempo que perder” para atajar el “enorme” impacto económico de la pandemia. Así, instó a los países, sobre todo a los que son “más fuertes económicamente” y rechazan el plan propuesto por la Comisión Europea, a “ponerse en el lugar del otro”. Lo cierto es que por ahora, como recordó ayer el propio presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, sigue habiendo una fuerte división entre varios de los Estados miembros. “Mi impresión tras dos o tres semanas de consultas es que todavía no estamos al final de la negociación, queda muchísimo trabajo por hacer”.
A un lado están los países más austeros, conocidos como los cuatro frugales (Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia), y al otro un bloque en el que a grandes rasgos coinciden España, Italia, Portugal, Francia y Alemania. Ayer, tras un encuentro en Madrid, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, llamaron a los socios a aprobar el plan presentado por la Comisión Europea, que movilizaría 750.000 millones con un máximo de transferencias (500.000 millones) y un tercio de créditos a devolver (250.000 millones).
Michel explicó que la propuesta original de la Comisión incluía elementos que no eran “aceptables” por parte de algunas capitales, e identificó seis puntos de debate sobre los que será necesario trabajar durante la cumbre y en los días anteriores para lograr el consenso, ya que la decisión de poner en marcha el fondo tendrá que ser respaldada por todos los socios, sin votaciones ni mayorías.
Entre estos detalles está el tamaño tanto del fondo de recuperación como del presupuesto de la UE para los próximos siete años, al que iría vinculado la palanca, y que Bruselas cifró en 1,85 billones de euros en total. Otros aspectos que no convencen a los frugales son el equilibrio entre transferencias y préstamos, la clave de reparto de los fondos, el mantenimiento de las revisiones a la baja de la contribución de los países más ricos a las cuentas comunitarias, y la condicionalidad aparejada al acceso al dinero.
Sobre el primero de los puntos, el del tamaño del marco financiero plurianual para 2021-2027, parece que irán las principales modificaciones que Michel presentará a priori este viernes, con la intención de convencer a los austeros para que las negociaciones lleguen más o menos encarriladas el 17 de julio.
Todo parece indicar, y así lo dejó caer ayer el propio Michel, que para que el fondo de reconstrucción no pierda potencia tendrá que perderla el presupuesto comunitario, de 1,1 billones de euros y del que dependen las partidas de las que beben elementos como la Política Agrícola Común (PAC), la cohesión, la seguridad o la descarbonización de la UE. Así, la renta nacional bruta, con la que contribuyen los estados al presupuesto y que según se barajaba podría llegar a cotas cercanas al 2%, se quedará previsiblemente más cerca del 1,2%.