Cinco Dias

/ Refugio. El Covid-19 da alas al oro

El metal dorado acumula una revaloriza­ción cercana al 20% y podría seguir avanzando por las elevadas incertidum­bres por la evolución de la pandemia así como las débiles perspectiv­as de recuperaci­ón económica

- MARÍA MATOS ELICES

El rally que registró el oro en 2019, con un alza del 18%, podría quedar en nada con la crisis del Covid-19. En lo que va de año, el metal se revaloriza un 18,5% y su precio tocó esta semana máximos de 2011, en los 1.808 dólares por onza. Como uno de los activo refugio por excelencia, los inversores han optado por él en un momento de gran volatilida­d en los parqués mundiales ante las dudas sobre cómo evoluciona­rá la pandemia y los efectos finales que tendrán los confinamie­ntos sobre la economía.

Todo ello ha llevado a la onza de oro a niveles pocas veces vistos. Este martes superó los 1.800 dólares, una barrera que solo ha cruzado en 26 ocasiones en la historia, la mayoría durante la crisis de deuda de la eurozona, entre agosto y septiembre de 2011, explica Carsten Menke, Head Next Generation Research de Julius Baer. Pese a ello, el experto llama a la prudencia. Las perspectiv­as que maneja la firma no contemplan nuevos confinamie­nto y “confían en la recuperaci­ón económica”, por lo que mantienen su posición neutral respecto al metal. Consideran que, aunque a corto plazo, la escalada de su precio podría continuar, en el medio y largo plazo, bajará por la mejora económica.

El papel que jueguen los bancos centrales para apoyar la recuperaci­ón de la economía también será fundamenta­l, como se observó a mediados de marzo cuando, tras la acción coordinada de la Reserva Federal de EE UU y bancos centrales de la eurozona, Reino Unido, Japón, Canadá y Suiza, el oro se recuperó rápidament­e de sus mínimos anuales. En este sentido, Gilles Prince, CIO en Edmond de Rothschild en Suiza, explica que “la flexibiliz­ación cuantitati­va por parte de las autoridade­s monetarias y la masiva afluencia de liquidez” por la pandemia provocan una devaluació­n de las monedas que “podrían sostener una progresión en los precios del oro”. Asimismo, apunta que el escenario prolongado de tipos de interés cero y de “inflación positiva pero baja” también contribuir­á a su revaloriza­ción.

En Bank of America sí apuestan por la continuida­d del rally y fijan un precio objetivo de entre 2.000 y 3.000 dólares, lo que supondría una revaloriza­ción de hasta el 67%. Un escenario que solo se vería en peligro con “una recuperaci­ón plena de la economía global y una subida más acelerada de los tipos de interés”, apuntan.

Más allá de la crisis financiera derivada del Covid-19, hay otros factores clave para la evolución alcista del oro, como las tensiones entre China y Hong Kong, una posible salida del Reino Unido de la UE sin acuerdo en diciembre o las elecciones presidenci­ales de EE UU de noviembre. Los expertos de WisdomTree recuerdan que en 2016, el posicionam­iento de los inversores en oro alcanzó máximos ante la incertidum­bre sobre quién ganaría los comicios pues las encuestas daban un resultado muy reñido entre Donald Trump y Hillary Clinton. Aunque afirman que aún es pronto para hacer previsione­s, parece que el demócrata Joe Biden superaría a Trump. Una situación que añade incertidum­bre puesto que en función de quién resida en la Casa Blanca, las políticas en cuestiones como el comercio internacio­nal podrían ser muy diferentes. “Los inversores buscarán la seguridad según nos acerquemos a un periodo que suele ser turbulento para los mercados”, subrayan.

En cualquier caso, desde Edmond de Rothschild recuerdan que la inversión en oro no carece de riesgo. “En los últimos 10 años ha tenido una volatilida­d del 14,9% contra el 15,7% de la renta variable global”, apunta Prince.

El oro ha marcado máximos anuales esta semana, superando la barrera de los 1.800 dólares y situándose en máximos de nueve años, es decir, los niveles que tocó durante la crisis de deuda de la eurozona.

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