Unas inversiones que no se tocan
Sin recortes. La crisis económica provocada por la pandemia ha impactado en todos los sectores. La industria de automoción tampoco se ha librado. La diversificación no sirve para eludir al Covid-19 porque todos los mercados registran desplomes de matriculaciones. Marcas y proveedores de primer nivel, como Gestamp, han tenido que adecuar sus estructuras a este escenario. En el caso de la corporación de la familia Riberas, con expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) del que han salido ya gran parte de sus empleados. Gestamp ha paralizado todas las inversiones no esenciales, salvo las relacionadas con el coche eléctrico.
Menos dividendo. Entre los ajustes que sí ha realizado, Gestamp ha retirado el dividendo complementario que tenía previsto abonar este mes. Además, Francisco Riberas se ha rebajado el sueldo a la mitad. El recorte de las nóminas ha sido del 15% para los miembros del consejo de administración y del equipo directivo.
Financiación. La empresa ha acordado con un pool de 15 bancos la suspensión durante un año de las revisiones trimestrales del balance, una condición vinculada a un préstamo de 1.258 millones. El pacto inicial incluía varias condiciones. Entre ellas, que la deuda financiera neta (DFN) estuviera por debajo de 3,5 veces el beneficio bruto de explotación (ebitda). Con la pandemia, Gestamp ha conseguido este periodo de gracia.