Un peldaño más de necesidades
Gema Escrivá, del Banco de Alimentos de Madrid, añade un aspecto más de preocupación, “el impacto de la vivienda, qué va a pasar con todas estas personas que no pueden pagar una hipoteca, un alquiler, una habitación”.
José Carlos García Yonte, de Cruz Roja, aprecia una evolución natural en la solidaridad empresarial. “Primero se volcaron en el tema sanitario, era lo urgente; luego en la emergencia social, para alimentos y productos de higiene, y en esta tercera fase se empiezan a desarrollar proyectos más a medio y largo plazo relacionados con el empleo y la vivienda”, explica. “Estamos ampliando mucho las capacidades de nuestro plan de empleo. Ayudamos a búsqueda activa de empleo, a ampliar sus capacidades, y ahí vamos a tener un papel importante también”, afirma.
“Para muchos esta recuperación no va a ser tan rápida como a todos nos gustaría. Y estas familias y personas, aunque recuperen su empleo, que es un factor esencial de integración, van a tener muchas dificultades para sufragar esas necesidades. Y nosotros queremos estar ahí también. Porque una pérdida de una vivienda, de un alquiler o un desahucio puede situar a una persona o a una familia de estar en una situación de vulnerabilidad a una situación mucho más grave”, reflexiona Gustavo Alonso, de Cáritas Diocesana de Madrid.