Absoluta apoteósica de Núñez Feijóo
Galicia vuelve a lo clásico: PP, PSOE y BNG. La victoria del presidente, la cuarta, es también la de mayor responsabilidad
percepciones variaron. Fortalecieron aún más a los dos actuales presidentes, sobre todo a Alberto Núñez Feijóo. Ahí, en Galicia, el PP es otro PP, otra forma de ser, de ver las cosas, de actuar, de gestionar, de participar en la vida de los ciudadanos. Nada tiene que ver con el de Génova. Es y era, también será una victoria de Feijóo, no de Casado, que sin embargo la necesita para sobrevivir de momento y sabiendo cómo el primero goza de mayor prestigio, predicamento y aceptación que él mismo, carente aún hoy de un discurso sólido, creíble y con presente. Le reprocharon a Feijóo el ocultar siglas, logos, anagramas. Yerran y erraron. Los gallegos saben distinguir. No es fácil entender a los gallegos desde la distancia y la arrogancia. Lo hicieron en cinco ocasiones, con otro presidente, hasta que en 2005 le faltaron 8.000 votos para una absoluta.
En Euskadi, y después del interregno de Patxi López con el apoyo de los populares –aquel era otro PP del que hoy no queda nada en el País Vasco–, el nacionalismo es hegemónico, tectónico. El PNV se refuerza aún más y Bildu supera la veintena. Hoy al PNV le interesa seguir con los socialistas, al menos mientras en Madrid gobierne alguien dadivoso con ellos y Euskadi, Sánchez, que necesita más que a nadie al PNV.
Concurrían los populares con Ciudadanos, lo intentaron en Galicia desde Madrid, pero acertó Feijóo, que en las tierras galaicas la política es otra cosa, y no todo significa que 2+2 sea igual a 4, sino que puede incluso restar. Lo hemos dicho muchas veces: ni Vox ni Ciudadanos obtendrían nada y menos sumar votos a Feijóo. Tampoco quitárselos. No quieren entender nada las cúpulas de Madrid, y menos llegar a Galicia y provocar y jugar a ser víctimas. Y en Euskadi, los populares han sido un nuevo fracaso, el tercero de Casado, que aquí sí se equivocó en las tres ocasiones y más defenestrando indirectamente a Alonso.
¿Se ha votado contra la gestión pandémica de Sánchez en Galicia y en el País Vasco? ¿Han sumado o han restado sus candidatos? ¿A quién ha favorecido la desmovilización en Euskadi? Al nacionalismo. La respuesta siempre es la misma. Otra cosa es que bambolee entre nacionalismo conservador y abertzale.
Los socialistas vascos se desgatan. ¿Y Podemos? Una caída previsible, sin espejismos. No hay discurso en Galicia. Esta vuelve a lo clásico, a los tres partidos: PP, PSG y BNG. Fulgurante subida del Bloque, vuelve a los tiempos de Beiras y del bipartito, tras la travesía rota de las Mareas podemitas, que fueron pero no serán. Gana Núñez Feijóo, una mayoría absoluta excepcional. La cuarta, la mejor, la que deja sin embargo la mayor dosis de responsabilidad y en la que tiene que dar lo mejor de sí mismo y formar un Gobierno a la altura de un momento excepcional y durísimo.
Ahí, en Galicia, el PP es otro PP, otra forma de ser, de actuar, de gestionar. Nada que ver con el de Génova