Coches eléctricos, edificios sostenibles y energías limpias marcarán el futuro
Una de las vigas maestras del plan de recuperación articulado por la Unión Europea es el fomento de una transición energética. El objetivo final es reducir sustancialmente las emisiones de gases con efecto invernadero para tratar de frenar el calentamiento global. “El pacto verde es un componente fundamental del presupuesto de 1,1 billones de euros de la UE, y está apoyado por los objetivos del fondo de recuperación”, explican desde el departamento de banca privada de BNP Paribas. También lo es del fondo de recuperación.
Para reducir las emisiones de efecto invernadero las compañías de servicios públicos deberán reducir el uso de combustibles fósiles para su operativa, la industria del automóvil deberá producir más coches de baja contaminación (híbridos y eléctricos) y la industria y la construcción tendrán que ser más eficientes y reducir sus emisiones.
Desde la perspectiva de la inversión, este programa público “va a acelerar la inversión en fondos con criterios sostenibles, así como las empresas que se benefician de factores como las energías renovables y la adaptación de viviendas”, apunta Brian O’Reilly, director de inversiones de Mediolanum International Funds.
A su juicio, empresas como Siemens y Vestas podrían beneficiarse de la producción y del creciente uso de turbinas de viento. También lo hará la empresa de energía española Iberdrola, que tiene una gran presencia en Europa por la instalación y el suministro de energías renovables.
“Hay varios factores en los que deberán invertir las autoridades para la transición energética”, explica Pierre Abadie, codirector del departamento de transición energética de Tikehau Capital. “En primer lugar, la eficiencia energética, a través de la renovación térmica de viviendas y oficinas. En segundo lugar, la movilidad sin carbono, como los vehículos eléctricos. Y, por último, la expansión y almacenamiento de energía renovable y libre de carbono”.
Un sector que se verá influenciado por esta tendencia es el de la minería. “Para hacer la transición hacia una reducción en las emisiones de carbono deberá aumentar la demanda de cobre, para los vehículos eléctricos y las redes de energía eléctrica, así como la de aluminio para edificios y aviones”, apunta Stéphane Monier, director de inversiones de Lombard Odier.