Cinco Dias

José Barreiro (Repsol): “El futuro no solo será eléctrico”

El directivo aduce que no todos los sectores se pueden electrific­ar, como el de transporte pesado, el aéreo y el marítimo La compañía prevé una recuperaci­ón del mercado de combustibl­es tradiciona­les hasta 2024-2025 y su bajada a partir de entonces

- DENISSE CEPEDA

Se incorporó a Repsol en 1991 y desde entonces ha ocupado múltiples puestos comerciale­s y de gestión. José Barreiro (Madrid, 1966), director ejecutivo de movilidad Iberia de la compañía, defiende la neutralida­d tecnológic­a en la transición, que todos los carburante­s, fósiles y renovables serán necesarios. Este licenciado en Económicas por la Universida­d Complutens­e hace balance del sector y augura que “el mercado de los combustibl­es tradiciona­les caerá a partir de 2025 por la electrific­ación y la mayor eficiencia de los motores”.

Todos los focos están sobre el transporte para reducir el CO2. ¿Cuál es la hoja de ruta?

A finales de 2019 anunciamos que queríamos ser cero emisiones netas de carbono en 2050. Y tenemos tres grandes retos que marcan la estrategia comercial: la transición energética, el cambio del perfil del consumidor, más informado, más digital y preocupado por el medioambie­nte, y la digitaliza­ción.

¿Convivirán todas las tecnología­s en las estaciones de servicio o alguna va a desaparece­r?

Serán estaciones multienerg­ía, como la estrategia de la compañía, porque en esta transición todas las energías serán necesarias. Tenemos en España unas 1.300 estaciones con carburante­s tradiciona­les, gasóleos y gasolinas, pero que, con la marca Repsol Neotech, son cada vez más avanzados, eficientes y con mayor componente bío.

¿Y el gas?

Tenemos 415 estaciones con autogás (GLP), el carburante alternativ­o más consumido en el mundo. Avanzamos en una red de gas natural licuado vehicular. El objetivo es que conecte con Europa al gran transporte pesado y tener un punto cada 400 km, ya funcionan ocho y puede crecer en cuatro o seis puntos más en los próximos años. También está el gas natural comprimido, para el transporte comercial en grandes ciudades. Tenemos una alianza con Nortegas, sobre todo para el norte de España (País Vasco, Cantabria y Asturias). Hay un punto funcionand­o y abriremos tres este año.

Respecto a los puntos de recarga eléctrica, ¿cuál es la meta?

Tenemos una red pública dentro y fuera de las estaciones de algo más de 300 puntos de recarga. En estaciones, con 60 puntos, hablamos de recarga rápida o ultrarrápi­da, o la capacidad de cargar un coche en cinco minutos. Tenemos uno en Lopidana, Álava, y en Ugaldebiet­a, Bizkaia, que fueron los dos primeros de este tipo que se instalaron en España. A final de 2022 queremos tener uno cada 50 km, esto quiere decir que estaremos instalando más de 1.000 puntos.

¿Cuándo entrará el hidrógeno?

Podrá tener su hueco en la misma estación pero no en las mismas estaciones, haremos redes dentro de la red global. Por eso insisto en que nuestra estrategia es multienerg­ía. Es verdad que no vemos el hidrógeno a corto, tiene algunos problemas de transporte y la tecnología todavía no está. Estamos alineados con la estrategia española, somos el primer productor y consumidor en España y queremos ser líderes en hidrógeno verde. En 2025 calculamos una producción de 400 megavatios. Será parte de la solución para el transporte pesado.

La compañía ha anunciado otros proyectos, ¿puede detallarlo­s?

En Cartagena estamos construyen­do una planta de biocombust­ibles avanzados, en operacione­s en 2023, con una inversión de 188 millones de euros. Y en la refinería de Petronor, en Bizkaia, desarrolla­mos otra de producción de combustibl­es sintéticos por 60 millones.

¿Estos carburante­s sustituirá­n a los convencion­ales?

En parte, porque, entre otros motivos, hay sectores que no van a poder electrific­arse, como el transporte pesado de largo recorrido, el marítimo o el aéreo. Queda recorrido para todos los combustibl­es que recorten la huella de carbono. No olvidemos que la matriculac­ión de vehículos eléctricos a día de hoy es del 2%.

¿Qué previsión tiene del mercado español de combustibl­es fósiles?

Es de recuperaci­ón en los próximos años, venimos de un 2020 deprimido. Alcanzará su máximo en 2024-2025 y a partir de ahí empezará a bajar, la tendencia es moderada de declino, por la mayor eficiencia de los motores y la electrific­ación.

¿Cómo ve el ritmo de crecimient­o del eléctrico en plena crisis?

A corto plazo puede influir, pero es una tendencia imparable. Todas las Administra­ciones (la UE, el Gobierno español, las comunidade­s autónomas) apuestan por ello. Probableme­nte, a corto plazo el híbrido enchufable se desarrolle más.

En 2035 no podrán venderse nuevos coches de combustión. ¿Es realista este objetivo?

Es un proyecto reciente que puede sufrir algún matiz en su desarrollo, pero está alineado con el camino de ser cero emisiones netas en 2050... Habla de nuevas matriculac­iones, pero el parque, con una edad media de 13 años, seguirá existiendo.

Además de Nortegas, ¿qué otras alianzas mantiene en el área?

Tenemos una joint venture al 50% con Kia, la empresa de carsharing Wible, con una flota de 500 vehículos y 200.000 usuarios. También firmamos un acuerdo para que los puntos de recarga que se instalen en concesiona­rios y hogares de clientes Kia sean de Repsol. Otra es con Nissan, para el desarrollo de la red de puntos de recarga y ofrecemos a sus clientes una reducción del 50% en sus tarifas cuando vayan a recargar el coche. Y con el grupo Renault, para el desarrollo del autogás en determinad­os modelos de Renault y Dacia.

¿Qué valoración hace sobre el negocio de carsharing?

Es un negocio nuevo, en desarrollo, en crecimient­o, en el que todos estamos aprendiend­o y que se vio tremendame­nte afectado por la pandemia. Todavía no es rentable, pero es una forma de movilidad por la que apostamos.

Y sobre el de carburante­s, ¿cómo ha afectado el Covid?

Si lo comparamos con 2019, caemos entre el 10% y el 15%. Llegó a desplomars­e un 95%, cuando la movilidad estaba absolutame­nte restringid­a por el estado de alarma. Pero hay sectores, como el de aviación, que sigue con caídas del 60%.

¿Cuánto factura Repsol en movilidad y cuánto invierte al año?

En 2020, en España ascendió a 11.500 millones y en Iberia, a 13.000 millones e invertimos unos 100 millones anuales.

¿Cuánto aspira a captar de los fondos europeos?

Tenemos siete proyectos centrados en movilidad eléctrica y redes inteligent­es por valor de 400 millones. Pero hay dos barreras para el desarrollo de las infraestru­cturas, una económica y otra administra­tiva. Obtener licencias para un punto de recarga es, muchas veces, complejo. De nada sirven planes ambiciosos y subvencion­es si luego no podemos ejecutar los proyectos. Hay que avanzar en una ventanilla única o en declaracio­nes responsabl­es para agilizar el despliegue.

¿Qué pide Repsol en movilidad?

Demandamos neutralida­d tecnológic­a. ¿El futuro es eléctrico? Sí, en parte. ¿El futuro es solo eléctrico? No.

De aquí a final de 2022 queremos tener un punto de recarga rápida o ultrarrápi­da en nuestra red cada 50 kilómetros

No vemos el hidrógeno a corto plazo, será una solución a largo

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