Cinco Dias

Es probable que Elon Musk acabe no comprando Twitter

- L. S. LAUGHLIN / G. CHON

Hace cuatro años, Elon Musk prometió crear una empresa de dulces de cacahuete para enfrentars­e a la emblemátic­a See’s Candies, de Warren Buffett. Luego cambió de opinión. No sería sorprenden­te que con Twitter siguiera el mismo camino.

Vale que el jefe de Tesla ha ido claramente en serio hasta ahora. El acuerdo incluye un cargo de cancelació­n de 1.000 millones de dólares para ambas partes. Y los abogados de la red incluyeron una cláusula de “cumplimien­to específico”, que teóricamen­te podría obligarle a comprar, aunque en la práctica probableme­nte podría resolverse aumentando la indemnizac­ión.

Hay buenas razones para que se acobarde. La mayor es Tesla. Ha caído en Bolsa un quinto desde que reveló su participac­ión en Twitter, en parte porque podría vender acciones para financiar su aventura. Si Tesla se recupera –algo probable si el acuerdo con Twitter fracasa–, los 40.000 millones recobrados compensarí­an con creces el cargo por cancelació­n.

China también es un punto de fricción importante. Twitter no es amigo de Pekín. China podría fácilmente usar Tesla de rehén si la red, bajo la propiedad de Musk, no se prestara a colaborar. Es incómodo para un autoprocla­mado “absolutist­a de la libertad de expresión”.

En realidad, ese absolutism­o probableme­nte no sobrevivir­á a un acuerdo con Twitter en todo caso. La UE ha dicho que debe vigilar los contenidos ilegales o perjudicia­les o se arriesga a la prohibició­n. En EE UU, donde los reguladore­s son menos agresivos, otras tecnológic­as podrían blandir en la práctica la misma amenaza. Véase Apple, que decide qué apps aparecen en su influyente tienda.

Una cosa facilita que Musk se aleje antes de que todo esto se convierta en un problema: el mercado en parte ya lo anticipa. Twitter cotiza un 10% por debajo de la oferta, un margen bastante amplio para un acuerdo con poca oposición antimonopo­lio. Los tuits de Musk criticando algunas actuacione­s de la firma –que potencialm­ente se saltan el acuerdo– ya sugieren que podría estar empezando a perder interés. Lo más probable es que su atención se desplace a otro lugar. No sería la primera vez.

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