Mercadona reduce a mínimos la financiación a proveedores
Las cuentas de Mercadona de 2021 confirman una tendencia a la baja observada en el ejercicio anterior, en lo que se refiere a la financiación que la compañía de supermercados otorga a “terceros suministradores de mercancías”, como denomina en sus estados financieros a sus proveedores.
A cierre de 2021, Mercadona tenía clasificados como créditos y otros activos financieros a largo plazo un total de 48,28 millones de euros, en línea con el ejercicio anterior. De esa cifra, 24 millones correspondían a fianzas y depósitos, y otros 25 millones a préstamos formalizados con proveedores, de los cuales reclasificó dos a corto plazo. Las líneas de crédito concedidas a estos alcanzaban los 9 millones, de los que se habían dispuesto dos.
La diferencia principal se encuentra en el corto plazo. A 31 de diciembre, contaba con créditos y otros activos financieros a corto plazo de 23 millones, 50 menos que un año antes. De ellos, 20 pertenecían a créditos dispuestos por los proveedores, 19 menos que en 2020, dentro de una línea con un límite de 32 millones, a los que se suman las cantidades reclasificadas a corto plazo.
La suma entre los créditos y activos a cobrar a corto y largo plazo a la conclusión del pasado ejercicio, de algo más de 71 millones, es la menor cifra desde el ejercicio 2011, ya que en los últimos años la cancelación de esos préstamos y créditos por parte de los proveedores han superado a los nuevos. Como se explica en las cuestas, los retiros en 2021 fueron de 64 millones, y en 2020 de 344,2 millones.
Según se explica desde Mercadona, esta drástica reducción en la financiación a terceros tiene que ver con una decisión generalizada de los proveedores de buscar financiación bancaria, que en los dos últimos años ha presentado mejores condiciones de las que otorgaba la compañía de distribución. Esta dice en sus cuentas que los préstamos concedidos “están remunerados a un tipo de interés de mercado”. En 2021, Mercadona cobró dos millones en intereses derivados de estas operaciones.
Por otro lado, su memoria financiera refleja un total de 400 millones de euros inyectados en otras empresas del grupo, ya sea como ampliaciones de capital o aportaciones directas.
El 100% de ese dinero se dirigió a Irmadona, la filial portuguesa de la compañía. Desde su constitución en 2016, Mercadona ha inyectado un total de 955 millones en esta sociedad, “con la finalidad de aportar los fondos necesarios para que la filial pueda acometer las inversiones necesarias para el inicio, desarrollo y expansión de su actividad”.
En el ejercicio 2021, como ya anunció la compañía, Irmadona tuvo una pérdida neta de 35,1 millones, un 58% menos que en 2020. Desde su constitución, esta filial ha perdido un total de 257,8 millones de euros.