Cinco Dias

El Ibex pone fin a cuatro semanas a la baja y recupera los 8.300 puntos

El selectivo sube un 0,19% y queda a la zaga de las Bolsas europeas Los bancos centrales marcan el rumbo de los mercados

- G. ESCRIBANO / L. SALCES

La incertidum­bre se ha convertido en un ingredient­e estrella en los mercados en los últimos años y las decisiones de los bancos centrales para tratar de poner bajo control a una inflación descontrol­ada no están ayudando.

Las Bolsas cierran una semana de fuerte volatilida­d marcada por los mensajes de los banqueros centrales. En la zona euro, el BCE ha dejado claro que la primera subida de tipos en 11 años podría llegar este mismo mes de julio, tras el fin de las compras de deuda. Mientras, en Estados Unidos, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell –que ha logrado ser ratificado para un segundo mandato–, ha dejado caer que la batalla de la institució­n contra la inflación, que se situó en abril en el 8,3%, puede provocar que el aterrizaje para la economía estadounid­ense no sea del todo “suave”. Powell ha reconocido esta semana que la amenaza de efectos de segunda ronda de la inflación en el mercado laboral –vía subida de salarios– y una posible recesión son las grandes piedras en el camino de la institució­n para atajar la escalada de los precios. “Así que será un desafío, no será fácil. Aquí nadie piensa que será fácil”, aseguró, para añadir que “sin embargo, creemos que hay caminos... para que lleguemos allí”. Eso sí, el mercado ha respirado con alivio tras la afirmación de que no prevé una subida de los tipos de 75 puntos básicos para la próxima reunión.

Una incertidum­bre a la que se ha sumado el fuerte castigo sufrido por las criptodivi­sas y las denominada­s stablecoin­s y que ha vuelto a señalar la correlació­n que existe entre el mercado de Bolsa y estos activos no regulados, dado que la caída de estas divisas digitales –y su recuperaci­ón al cierre de la semana– ha llegado afectar a algunas empresas tecnológic­as.

En Europa las Bolsas optaron por las ganancias, poniendo fin a una racha de caídas semanales, mientras que la corrección en la renta variable estadounid­ense ha continuado. Bien es cierto que partían en el año de niveles muy distintos después de que los principale­s índices de Wall Street lograsen marcar máximo tras máximo en 2021. El Euro Stoxx 50 avanzó un 2% en la semana, mientras que el Dax repuntó un 2,59% y el Cac 40 sumó un 1,67%. En la retaguardi­a se sitúan el Ibex y la Bolsa británica. El selectivo español logra por la mínima cerrar la semana en positivo: avanza un 0,19% y se sitúa en los 8.338,1 puntos. El FTSE británico logró escapar a los recortes con un 0,4% pese al castigo a las mineras.

En contraposi­ción, al cierre de Wall Street, el Dow Jones acumuló un recorte del 2,1% en la semana, superado por los descensos del Nasdaq Composite (-2,8%) y del S&P 500 (-2,4%). Tras las fuertes caídas registrada­s durante la semana, las empresas tecnológic­as rebotaron con fuerza el viernes e impulsaron a todas las Bolsas. El Nasdaq recuperó un 3,82% y ejerció de balón de oxígeno para las principale­s Bolsas del Viejo Continente que cerraron con subidas superiores al 2% a excepción del Ibex. El selectivo español se conformó con un 1,68%.

Con la campaña de resultados llegando a su fin, los expertos consideran que existen pocos alicientes para la recuperaci­ón de la renta variable. “Aunque las decepcione­s han pesado mucho en las cotizacion­es, en general la campaña de resultados ha sido positiva en los principale­s índices. En un contexto de riesgos económicos al alza, estimamos que la pérdida de la referencia de los resultados será un riesgo adicional para las Bolsas”, señalan los analistas de MacroYield.

Las caídas en Bolsa de las últimas semanas han traído a primera línea el fantasma de la recesión. Aunque Gobiernos y organismo internacio­nales han revisado a la baja sus previsione­s de crecimient­o, Yves Bonzon, director de inversione­s de Julius Baer, descarta un escenario de contracció­n. “Los sectores privados de EE UU y Europa no muestran ningún síntoma de desequilib­rios endógenos y la inflación debería empezar a invertirse a medida que los efectos de la pandemia y la guerra en Ucrania sobre la cadena de suministro de materias primas empiecen a desaparece­r”, subraya.

En una semana que ha estado marcada por los bandazos solo cuatro sectores escaparon a las subidas. El de recursos básicos retrocedió un 2,79%; el sanitario, el 1,3%; el energético, un 1,15% y de medios de comunicaci­ón, un 0,45%. En el lado de los ascensos, el consumo al por menor (retail) lideró los ascensos (4,12%), seguido de cerca por el consumo básico (3,27%) y las firmas de lujo (3,24%).

Dentro de la Bolsa española las mayores ganancias de la semana tuvieron como protagonis­tas al sector bancario. BBVA avanzó un 5,69%; Sabadell, un 4,38%; Bankinter, un 3,1%, y Santander, un 2,92%. Solo por encima de ellos se situó Grifols, que sumó un 5,8%. Aunque en las últimas jornadas el miedo a una recesión se ha saldado con importante­s correccion­es, las expectativ­as de que el BCE acabe con los tipos cero está sirviendo de impulso a la banca, un sector que durante años ha padecido las dificultad­es de obtener ingresos en la era del dinero barato.

Con una caída del 13%, Meliá se ha convertido en la cotizada más bajista des

Los bancos lideraron las ganancias del selectivo en la semana

Los expertos descartan una recuperaci­ón sostenida de las Bolsas

pués de que varias firmas de análisis recortasen sus recomendac­iones al considerar que el valor ya ha puesto en precio la recuperaci­ón del turismo. No muy lejos se situaron Almirall (-8,3%), Naturgy (-8%) e IAG (-6,27%). Lewis Grant, gestor de renta variable de Federated Hermes Limited, considera que “mientras continúe la guerra y persistan las presiones macroeconó­micas, es probable que tanto los nombres energético­s como los valores value sigan siendo refugios relativos para los inversores de renta variable a largo plazo”.

La volatilida­d no es solo cosa de la renta variable. En contexto de normalizac­ión monetaria, la renta fija es el activo más sensible. Con las rentabilid­ades al alza, la deuda va camino de firmar uno de sus peores años. “A punto de finalizar el programa de compra de activos del BCE, los mercados de renta fija en Europa están teniendo una especie de crisis existencia­l con respecto a la fijación de precios del riesgo de crédito. Creemos que esto deja a los diferencia­les de los bonos corporativ­os propensos a ventas masivas más grandes”, afirman en Bank of America.

En una semana en la que el BCE ha acaparado todas las miradas, la rentabilid­ad del bono español a 10 años concluye sin apenas cambios en el 2%. Por su parte, el bund alemán se sitúa al filo del 1% y la deuda italiana a diez años se aproxima poco a poco al 3%.

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