Cinco Dias

Europa salta de la sartén rusa al fuego del gas de Estados Unidos

La explosión de la planta de GNL de Freeport en Texas es una señal de las nuevas dependenci­as de la UE

- ROBERT CYRAN

El mercado del gas natural, cada vez más globalizad­o, acaba de reducirse drásticame­nte. La explosión del miércoles en la gigantesca planta de gas natural licuado de Freeport LNG en Texas es un revés para las naciones europeas que cuentan con las importacio­nes para reducir su dependenci­a de los gasoductos rusos. Para Estados Unidos, el exceso de oferta es un respiro temporal.

EE UU exportó una media de 11.500 millones de pies cúbicos (325 millones de metros cúbicos) de GNL al día durante los cuatro primeros meses del año, según la Administra­ción de Informació­n Energética del país. Eso supone alrededor del 12% de su producción total. La planta afectada representa casi el 20% de las exportacio­nes actuales y Freeport LNG dice que no volverá a abrir hasta dentro de tres semanas o más. En otras palabras, aproximada­mente el 2% de la producción total de Estados Unidos está temporalme­nte atrapada en el país.

Dado que la demanda estadounid­ense ha superado a la producción este año, no es de extrañar que los mercados sufrieran una fuerte sacudida. El precio Henry Hub, que refleja el coste del gas natural estadounid­ense, cayó un 16% el jueves, mientras que los precios en los Países Bajos subieron un 8%.

El incendio no podía llegar en peor momento para Europa. Los precios son elevados después de que la invasión rusa de Ucrania impulsara a los países del continente a buscar fuentes de energía alternativ­as. Europa importó el año pasado cerca del 40% de su gas natural de Rusia, es decir, unos 155.000 millones de metros cúbicos. Quiere reducir esa cantidad en un 70%. La clave de ese plan es aumentar las importacio­nes de GNL en 50.000 millones de metros cúbicos en un año.

La Agencia Internacio­nal de la Energía sugirió que un aumento de 20.000 millones era más realista. El cierre hará que los precios suban y que llenar los inventario­s de cara al próximo invierno sea más difícil y costoso. El riesgo de que Europa incumpla sus objetivos energético­s acaba de aumentar aún más.

La explosión también muestra los peligros que conlleva la rápida reconversi­ón del suministro energético de Europa. La reducción de la dependenci­a general de Rusia es positiva, pero las importacio­nes de GNL también plantean problemas. La eficiencia de escala significa que las plantas de GNL son gigantesca­s y, por lo tanto, pueden ser difíciles de sustituir cuando las cosas van mal.

El transporte de gas desde lugares como Oriente Próximo también puede ser problemáti­co, mientras que los prometedor­es nuevos suministro­s de África podrían tardar años en desarrolla­rse sustancial­mente. Si añadimos la incertidum­bre sobre la disposició­n de Estados Unidos a exportar tanto gas bajo futuras Administra­ciones presidenci­ales, Europa puede haber saltado de la sartén rusa al fuego de Estados Unidos.

Las plantas son gigantesca­s y difíciles de sustituir; Oriente Próximo también puede dar disgustos, y África no está muy preparada

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REUTERS Michael Smith, presidente y CEO de Freeport LNG.

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