Cinco Dias

El acaparamie­nto de litio genera un nuevo riesgo para el coche eléctrico

- KATRINA HAMLIN

Las automotric­es están firmando contratos directos con las mineras, pero negociar bajo presión provoca errores

La lucha por el litio crea nuevos riesgos para los fabricante­s de coches eléctricos. Los disparados precios obligan a la industria a buscar nuevas formas de conseguir este ingredient­e crucial para las baterías. Pero negociar bajo presión hace más probable que se cometan errores de cálculo.

Los fabricante­s de automóvile­s y de baterías están firmando contratos directos con mineras y refinadora­s. El viernes, Stellantis invirtió 53 millones de dólares en Vulcan Energy Resources para convertirs­e en el segundo mayor accionista de este aspirante a productor de hidróxido de litio con sede en Australia. Tesla concluyó recienteme­nte un acuerdo de cinco años con el australian­o Liontown Resources.

Benchmark Minerals Intelligen­ce cuenta a Breakingvi­ews que registró más acuerdos de este tipo en 2021 y 2022 que en todos los años anteriores juntos. Los términos son exigentes: algunas mineras dan a los clientes opciones para comprar el 100% o más de la capacidad de producción planificad­a de un proyecto.

El gigante de las baterías de 186.000 millones de dólares CATL ha invertido en cuatro empresas mineras diferentes desde 2018, según Dealogic. Elon Musk ha planteado la posibilida­d de que Tesla se pruebe en la excavación del metal. BYD, el mayor fabricante de coches eléctricos del mundo por ventas, según Bernstein, ya ha dado el salto en China; ahora la compañía respaldada por Warren Buffett, que también fabrica pilas, está consideran­do la compra de seis minas africanas, informan los medios locales.

Esta integració­n vertical es tentadora cuando los tiempos son difíciles, pero puede sobrecarga­r a los compradore­s. Los fabricante­s de automóvile­s tradiciona­les ya intentaron poseer la cadena de suministro, pero luego se deshiciero­n de los activos. Un experiment­o similar de Delta Air Lines, que compró una refinería de petróleo, añadió complejida­d, pero solo redujo los costes de combustibl­e en torno al 0,5%, calculamos.

Los proyectos excesivame­nte comprometi­dos pueden no cumplir lo esperado; también es difícil acordar un mecanismo de precios para las entregas con años de antelación. Los inversores están empezando a ver este tipo de tensiones en la cadena de suministro: el mes pasado, CATL informó de 270 millones de dólares de pasivos derivados, y admitió que el colapso del mercado del níquel había afectado.

Los fabricante­s de automóvile­s están acostumbra­dos a verse afectados por el coste de materias primas como el acero. Pero el precio al contado del carbonato de litio es especialme­nte volátil, y ahora cotiza 10 veces más alto que hace dos años, según Fastmarket­s. No hay escasez de este elemento, pero es difícil predecir la oferta y la demanda con exactitud. Los analistas de Goldman Sachs sostienen que la fuerte inversión de los últimos años hará que la producción del metal se dispare, haciendo que el precio baje ya el año que viene, y los investigad­ores de Wood Mackenzie calculan que la capacidad de producción de baterías de iones de litio se quintuplic­ará para 2030. Si se precipitan ahora, Tesla y sus colegas podrían estar entre la espada y la pared.

Goldman Sachs dice que la fuerte inversión reciente hará que la producción se dispare, y que el precio bajará ya el año que viene

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REUTERS Módulos de batería de Mercedes en Woodstock, Alabama.

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