El cambio de agujas en los tipos debilita el euro, pero los analistas limitan su recorrido y efectos
La brecha de tipos con Estados Unidos se ampliará este año Los analistas, sin embargo, aún no vislumbran la paridad
NURIA SALOBRAL
La nueva realidad que se abre paso para los tipos de interés en EE UU este año está poniendo patas arriba el mercado de deuda y también el de divisas. La expectativa de una primera rebaja de tipos en EE UU en junio se ha evaporado, y el mercado duda de que la Fed vaya a recortar el precio del dinero este año, ante una inflación que no termina de moderarse y un creciente riesgo geopolítico. Incluso los futuros conceden hasta un 20% de probabilidades a una subida. La brecha entre el nivel de tipos en EE UU respecto al resto de economías promete ensancharse en los próximos meses, como ya reflejan las rentabilidades de los bonos, y eso está inyectando presión sobre el euro, y especialmente, sobre el yen.
Un retraso en el cambio de agujas de la Fed augura un euro más débil, pues el recorte de tasas en junio por parte del BCE se da casi por hecho, y aunque está en duda la senda posterior de descensos, el mercado descuenta al menos tres recortes en 2024. Así, el euro ya se ha depreciado frente al dólar en lo que va de año casi el 3%, y ayer retrocedía por debajo de los 1,07 dólares, a niveles del pasado noviembre. Los analistas coinciden en que la divisa europea podría depreciarse aún más a medida que cristalicen las perspectivas sobre la política monetaria. La posibilidad de que se acerque a la paridad (un dólar igual a un euro) está ahí, aunque no es el escenario que prevén los expertos.
Themos Fiotakis, responsable global de divisas de Barclays, prevé que el euro se deprecie hacia los 1,05 dólares en los próximos meses. “Aunque falta mucho para llegar a la paridad y probablemente hará falta mucha más presión, esperamos que el euro siga depreciándose frente al dólar a medida que las políticas monetarias se vayan distanciando. El mercado no está descontando plenamente esta divergencia”, explica. Apunta a la pérdida de valor de la divisa, pero no cree que el tipo de cambio vaya a ser motivo de especial inquietud para el BCE en su objetivo de inflación, del 2%. “Habría que ver una debilidad mucho mayor de los tipos de cambio en una serie de divisas de referencia para poder inferir riesgos inflacionistas significativos en este momento”, añade.
Olivia Álvarez afirma, desde Afi, que “el tipo de cambio efectivo del euro con las principales divisas con las que comercia la zona euro está equilibrado”. Ese cruce con un número amplio de divisas es el que da la medida del coste de las importaciones y es el que vigila el BCE.
Daniel Tobon, estratega jefe de divisas de Citi, tampoco ve en estos momentos riesgos inflacionistas para la zona euro a causa de la depreciación de su divisa. “La cesta ponderada de divisas en las relaciones comerciales, que es la que tiene más peso sobre la inflación, no se ha depreciado frente al euro, que de hecho se ha mostrado resistente frente a la libra, el franco suizo, el yuan o el yen”, señala.
La previsión de Citi de cruce del euro frente al dólar es más pesimista, de 1,02 dólares en 6-12 meses. “No esperamos la paridad, pero la vemos como una posibilidad en la parte final del año, especialmente con las elecciones de EE UU, que pueden ser positivas para el dólar”, advierte Tobon.
La pelota está en el tejado de la Fed. “Hay bastantes probabilidades de que no suavice en absoluto su política este año. Otorgamos una probabilidad del 40% a este escenario, que está siendo infravalorado por el mercado. Y si la inflación comienza a acelerarse, la próxima medida del comité podría no ser un recorte, sino una subida”, resume George Brown, economista sénior de EE UU de Schroders.
El yen ya está sufriendo la presión de un dólar fuerte
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