Por qué la eficiencia energética no será una moda pasajera en el inmobiliario
Por Salvador Cámara. Invertir en tecnologías fotovoltaicas da la oportunidad de generar ahorros significativos a lo largo del tiempo
El sector inmobiliario en España está evolucionando hacia la sostenibilidad, reconociendo la necesidad de mejorar la eficiencia energética en edificios, con el objetivo no solo de reducir los gastos de consumo, sino también contribuir con la lucha contra el cambio climático y cumplir con los plazos marcados por la Unión Europea en materia medioambiental.
En este sentido, reducir el consumo de energía juega un papel clave en el mercado inmobiliario, en un momento en que la sostenibilidad se ha convertido en un factor determinante en la toma de decisiones a la hora de comprar o alquilar un inmueble, debido, por un lado, al cumplimiento normativo que rige en España, al igual que nuestros vecinos europeos y, por otro, como forma de contribuir a la reducción de la huella de carbono.
El compromiso con la eficiencia energética en el sector inmobiliario no es una moda pasajera, sino una inversión de futuro, ya que los promotores y constructores de viviendas están reconociendo que este tipo de edificios tienen un valor más alto y no solo monetario, sino que además son más atractivos, por sus características medioambientales, para los inquilinos y compradores, actuales y futuros.
En respuesta a esta creciente demanda, el sector inmobiliario en España está adoptando tecnologías y prácticas más sostenibles, promoviendo la certificación energética, fomentando la rehabilitación de edificios existentes y colaborando con proveedores de energía con soluciones innovadoras y personalizadas para comunidades de propietarios.
En este contexto, destaca el autoconsumo energético que, actualmente, emerge como uno de los pilares fundamentales en este sector, con la generación y uso propio de la energía que se consume en los edificios. Asimismo, aporta como principal beneficio la independencia económica ante la subida de precios de suministradoras no solo de gas y combustibles, sino también ante las oscilaciones del precio de la electricidad.
Hay que tener en cuenta que la tecnología de generación eléctrica es la más barata de la historia reciente, con una caída en el precio del 82% en la última década. La energía solar fotovoltaica combinada con la eficiencia energética, puede proteger a la ciudadanía de la volatilidad de los mercados, ante acontecimientos como la guerra de Ucrania, el conflicto en Gaza o futuras recesiones económicas, tanto globales como locales.
Más en concreto, en el caso de España, la energía solar crece de forma exponencial debido, entre otros factores, que en nuestro país tenemos de media 2.500 horas de sol al año, e incluso algunas provincias lo superan, por lo que somos unos privilegiados en este aspecto, ya que, además, repercute a la hora de pagar el recibo de la luz en edificios con autoconsumo fotovoltaico, siendo un 50% más barato y un 70% si se cuenta con baterías.
Asimismo, la inversión en tecnologías fotovoltaicas proporciona a los propietarios inmobiliarios la oportunidad de generar ahorros significativos a lo largo del tiempo, al reducir los costos de electricidad y aprovechar incentivos gubernamentales, lo que revaloriza la vivienda tanto en su venta como su alquiler, siendo siempre una óptima inversión a medio y largo plazo.
De igual manera que se ubican las placas fotovoltaicas, se puede también contar con sistemas de aerotermia que están diseñados para aportar calefacción en invierno, refrigeración en verano y agua caliente todo el año, extrayendo la energía ambiental contenida en el aire mediante un ciclo termodinámico. Sus ventajas son enormes al ser considerada una de las energías más limpias y eficientes.
Por ello, la Administración y organismos oficiales deben apoyar la implementación de normativas más favorables, mediante una eficaz política de subvenciones, así como reducir los trámites administrativos, eliminando las barreras burocráticas que dificultan la adopción de esta tecnología. Ante esta situación, la UE va a aprobar una directiva por la cual establece, entre otras cosas, que la Administración pública (ayuntamientos, Ministerio de Industria...) no podrá tardar más de tres meses en pronunciarse sobre la aprobación de un proyecto de este tipo. Además, los proyectos de menos de 50 kW no requerirán “evaluaciones sobre el impacto medioambiental” que puedan generar... es decir, se van a tomar medidas para agilizar los procesos y facilitarlos.
Además, el Gobierno puso en marcha en 2023 el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España con una partida de hasta 900 millones de euros destinados al autoconsumo. La alta rentabilidad derivada de edificios con este tipo instalaciones reduce el periodo de amortización. Sin embargo, gracias a este nuevo plan, el retorno de la inversión podría llegar con una mayor celeridad.
Esta serie de iniciativas están provocando que un mayor número de empresas y particulares adopten el autoconsumo, generando la energía que producen, con los beneficios que ello conlleva, por lo que el mercado inmobiliario está tomando nota, y constructoras, promotoras e inmobiliarias están dirigiendo sus estrategias hacia viviendas y oficinas con eficiencia energética y autoconsumo de energía eléctrica, debido a que se vislumbra un futuro prometedor en cuanto a la rentabilidad para propietarios e inquilinos a la hora de vender, comprar o alquilar un inmueble.
En definitiva, la eficiencia energética es esencial para garantizar un futuro sostenible en el sector inmobiliario español. A medida que el país avanza hacia una economía más verde, los beneficios son claros: ahorro de costos, cumplimiento normativo, reducción de emisiones y una mejor calidad de vida para los ciudadanos. Las cúpulas directivas del sector inmobiliario están tomando medidas para liderar este cambio, y así construir un futuro más sostenible y próspero.
La tecnología de generación eléctrica es la más barata de la historia reciente, con una caída en el precio del 82% en la última década