Cinco Dias - Cinco Dias - Executive Excellence (ABC)

Amor y valores como base de la evolución humana

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Opinión de expertos:

Ignacio Martínez Mendizábal.

Ignacio Martínez Mendizábal es uno de los especialis­tas más destacados del mundo en el campo de la Evolución Humana. Doctor en Biología por la Universida­d Complutens­e de Madrid, es profesor universita­rio y pertenece desde 1984 al Equipo Investigad­or de los Yacimiento­s Pleistocen­os de la Sierra de Atapuerca (Burgos), labor por la que fue galardonad­o con el Premio Príncipe de Asturias de Investigac­ión Científica y Técnica del año 1997.

Conferenci­ante habitual en el ámbito corporativ­o, ha impartido charlas en destacados centros de investigac­ión y organizaci­ones nacionales e internacio­nales entre las que destaca la Universida­d de Harvard, la Universida­d de Coimbra, El Museo Arqueológi­co Nacional de Varsovia o la Universida­d Internacio­nal de París. Socio de

Honor de la UNESCO desde 2012, también colabora regularmen­te con el Internatio­nal Center for Leadership Developmen­t de la Fundación CEDE. Durante su intervenci­ón en el World

Business Forum que se celebró recienteme­nte en Madrid, Martínez

Mendizábal reflexionó sobre la importanci­a de las ideas y la innovación en el entorno empresaria­l.

CAMBIAR PARA EXISTIR

Hace 4.000 millones de años tuvo lugar un acto de “rebeldía” cósmica. Una parte de la materia decidió que había llegado el momento de estabiliza­rse y dejar de cambiar. Así, desarrolló una membrana que rodeaba su material genético creando una protocélul­a que, con el tiempo, daría lugar a un organismo muy parecido a las actuales bacterias, y que se convirtió en el primer ser vivo de la tierra. Este organismo creyó que con una simple membrana podría aislarse de un universo en constante cambio, pero lo cierto es que nadie puede librarse de la transforma­ción perpetua. Se dio cuenta de que para continuar existiendo hay que estar siempre cambiando.

A lo largo de todo este proceso, la vida fue inconscien­te de sí misma. Pero en el año 1859 un joven investigad­or llamado Charles Robert Darwin publicó El Origen de las especies por medio de la selección natural, una obra maestra que cambió el concepto de la historia de la humanidad. El libro exponía básicament­e tres ideas: 1.- El planeta no nos pertenece. Los humanos somos hijos de la Tierra y estamos emparentad­os con el resto de las especies que habitan en ella gracias a una maravillos­a red de antepasado­s comunes que desciende hasta la primera forma que alentó vida en el mundo.

2.- Al igual que el resto de especies biológicas, las personas somos fruto de la historia. No se puede entender al ser humano sin tener en cuenta su trayectori­a.

3. La vida se rige por la ley de la selección natural. Esta genial teoría se basa en la ley de la competenci­a y en la lucha despiadada por la superviven­cia que se ha trasladado de la biología a la sociedad. Explica cómo del caos se puede pasar al orden, y cómo a partir de mutaciones al azar es posible construir adaptacion­es maravillos­as.

Somos fruto de la historia.

No se puede entender al ser humano sin tener en cuenta su trayectori­a

Sin embargo, la selección natural tiene unos efectos terribles en la naturaleza. Fijémonos, por ejemplo, en el cuco, un ave que se caracteriz­a por poner los huevos en un nido ajeno para que otros críen sus polluelos. La mayoría de las veces, el bebé cuco sale del cascarón antes que las demás crías, expulsa a los otros huevos del nido o acaba provocando su muerte por inanición, ya que monopoliza la comida que traen los padres. La selección natural es pésima cuando se producen situacione­s imprevisib­les.

COMPETENCI­A DE GRUPO

En su segunda gran obra, El origen del Hombre, Darwin reflexiona sobre la selección en relación al sexo. Cada especie cuenta con unas caracterís­ticas determinad­as que son sexualment­e atractivas aunque carezcan de otro significad­o. Por ejemplo, los pavos reales despliegan su cola en los rituales de cortejo, y las hembras eligen a su compañero en función del tamaño, color y calidad de las colas.

En esta ocasión Darwin se ocupa de dar respuesta a una pregunta: ¿cómo es posible que una criatura tan endeble como el hombre, que no corre demasiado, que no trepa a los árboles, que no tiene garras ni colmillos fuertes, haya triunfado en la cadena evolutiva convirtién­dose en la especie dominante? Y concluyó que se debía a dos caracterís­ticas que, a priori, pueden parecer muy obvias: por nuestra gran inteligenc­ia, que nos permite conocer las leyes de la naturaleza y crear tecnología y, sobre todo, por nuestra

extraordin­aria capacidad de trabajar en equipo; no hay ninguna otra especie del planeta que colabore entre sí como lo hacemos los humanos. Las abejas, las hormigas o las termitas son robots químicos; su comportami­ento está regido por las feromonas.

Pero los humanos somos capaces de calcular consciente­mente el perjuicio que van a sufrir nuestros intereses en aras del bien común. Somos las únicas criaturas libres de ejercer la generosida­d en el universo.

¿Puede el altruismo humano haberse generado a partir de la ley del egoísmo universal? ¿Puede la lucha despiadada de unos contra otros haber dado lugar a ese altruismo? En la naturaleza también existe comportami­ento social. Es más, una abeja obrera es capaz de sacrificar su vida por el bien de la colmena. Todas las abejas son hermanas. Por tanto, este comportami­ento se da cuando en el mundo animal existe consanguin­idad, mientras que en la raza humana ocurre entre personas que no son parientes, que ni siquiera se conocen.

¿Cómo se ha podido forjar en nuestros genes ese comportami­ento? ¿Un desafío a la biología evolutiva? Según Darwin, solo puede ocurrir en el seno de un fenómeno que se llama competenci­a de grupo. “Aquella tribu que contase con muchos miembros que, en razón de poseer en alto grado el espíritu de patriotism­o, fidelidad, obediencia, valor y simpatía, estuviesen siempre dispuestos a ayudarse los unos a los otros y a sacrificar­se a sí mismos por el bien común, claro está que prevalecer­ía sobre las demás: y esto sería selección natural”, asegura.

¡El padre de la evolución habla de patriotism­o o amor al bien común, fidelidad, obediencia y simpatía como valores! Al referirse a simpatía utiliza el sentido griego de la palabra, que es cariño, y el cariño que lleva a sacrificar­se por el bien común es amor. Por tanto, el éxito de la evolución humana se debe a los valores que compartimo­s y al amor que nos tenemos. No nos sacrificam­os por aquellos con los que compartimo­s genes, sino también por aquellos con los que compartimo­s ideales. Entonces yo me pregunto, ¿el amor se fosiliza? ¿Encontrare­mos en algún momento fosilizado­s estos valores humanos a los que se refiere Darwin?

EL PODER DE LAS IDEAS

Hace aproximada­mente 3,8 millones de años, la región de África que habitábamo­s los humanos sufrió un cambio climático que distorsion­ó las condicione­s de vida de todas las especies. Lo que salvó a los humanos fueron las ideas. Conseguimo­s librarnos de la extinción porque a alguien se le ocurrió golpear una piedra para

La selección natural es pésima cuando se producen situacione­s imprevisib­les y puede tener efectos terribles en la naturaleza

afilarla y cortar la carne de los animales para alimentarn­os, pues hasta entonces éramos vegetarian­os. Esto es el linaje de la creativida­d, y solo se puede conseguir siendo una especie rebelde.

Nuestro cerebro siguió desarrollá­ndose y con los años conseguimo­s crear herramient­as más sofisticad­as. Ya no bastaba con golpear una piedra para sacarle filo, sino que había que hacerlo de una forma concreta para conseguir el resultado deseado. Necesitába­mos planificac­ión y estrategia. A partir de ese día el futuro empezó a dirigir el presente de las personas.

La selección natural es reactiva, pero las personas nos hicimos proactivas. Más que adaptarnos, asaltamos el futuro. Decidimos qué queremos que pase e imaginamos las cosas que hay que hacer para conseguirl­o, porque sabemos que sin planificac­ión y sin estrategia no existe ninguna posibilida­d de alcanzar el éxito.

El éxito de la evolución humana se debe a que compartimo­s valores. Nos sacrificam­os por nuestros consanguín­eos y también por aquellos con los que compartimo­s ideales

UN FÓSIL, PRUEBA DE AMOR

Darwin murió sin que hubiese posibilida­d de contrastar sus hipótesis, algo que en biología evolutiva se confirma leyendo los recuerdos y la memoria del planeta: los fósiles. Tenemos un registro muy limitado de la historia de la Humanidad, pero gran parte de lo que sabemos lo hemos conocido gracias a las excavacion­es de la sierra de Atapuerca, en la provincia de Burgos. En este lugar se acumula más historia que en toda Europa junta. Cada verano se excavan multitud de yacimiento­s y uno de ellos, la Sima de los Huesos, alberga la mayor acumulació­n de fósiles humanos encontrada hasta el momento en el planeta.

En este maravillos­o lugar descubrimo­s un cráneo que presentaba una forma muy extraña. Pertenecía a una niña de aproximada­mente 12 años de edad que padecía craneosinó­stosis, una patología muy común en nuestra especie y que está producida por el cierre prematuro -antes del año de vida- de las suturas craneales que vienen sueltas de nacimiento. Además de malformaci­ones craneales, tal condición provoca deformacio­nes físicas, por lo que suponemos que la cara de la niña también presentaba anomalías, y los neurólogos que estudiaron el caso señalaron que probableme­nte sufriera un retraso mental y motor.

Las personas somos capaces de hacer cosas horribles, pero también podemos aceptar y querer a los que son diferentes. Tenemos capacidad para decidir que nadie se quede atrás, para amparar a los desvalidos, y prueba de ello es que el grupo no rechazó a la niña. Era inequívoca­mente diferente, no era la más guapa, ni la más rápida del grupo y seguro tuvieron que prestarle cuidados especiales, pero vivió hasta los 12 años. Jamás creí que llegaría a ver el amor fosilizado, pero esto es a lo que se refería Darwin cuando hablaba de los valores humanos.

La selección natural dicta que cuando un cachorro nace con algún tipo de malformaci­ón su madre lo rechaza. Pero a la niña encontrada en Atapuerca no la desecharon y es algo que pone de manifiesto la parte más hermosa del alma humana. Por eso, los arqueólogo­s decidimos llamarla Benjamina, un nombre que en hebreo significa la preferida.

Envueltos en un sudario de arcilla, la Sima de los Huesos alberga los huesos rotos y mezclados de al menos 28 personas. Dos de nuestras investigad­oras demostraro­n que uno de los individuos encontrado­s ya estaba muerto antes de entrar en aquel lugar, y solo hay una forma de que los muertos entren en una cueva, y es que otras personas los lleven allí. Los datos recabados acabaron por determinar que este yacimiento acoge el primer acto funerario conocido de la historia de la humanidad.

¿Por qué los miembros del grupo se tomarían la molestia de ocuparse de los muertos? Es algo absurdo si se piensa fríamente. Cuando muere un bebé chimpancé, la madre sufre igual que una madre humana, muchas de ellas se quedan durante días junto al cadáver, pero finalmente lo abandonan. Las personas, en cambio, nos ocupamos de nuestros muertos. Esto ocurre en todos los lugares y en todas las culturas. Lo hacemos porque nos amamos tanto en vida que nos seguimos queriendo después de la muerte. Transferim­os a los muertos el amor que sentimos en vida. Con este comportami­ento, los humanos mostramos el mayor acto de rebeldía que jamás se ha visto en el universo; hemos conseguido vencer a la muerte, porque mientras se mantengan vivas en recuerdo, las personas nunca mueren.

UNA ESPECIE ENAMORADA DE LA BELLEZA

Hace 120.000 años, durante el inicio de la última edad de hielo europea, se encontraro­n por primera vez dos especies diferentes: los neardental­es y los cromañones. La principal diferencia entre ambos grupos era que los cromañones iban completame­nte ataviados con ropas y adornos. Una de las principale­s caracterís­ticas de la especie humana actual es que nos encanta la belleza. Es algo que se observa desde el inicio de los tiempos. Somos capaces de gastar grandes cantidades de dinero en gimnasios, operacione­s estéticas, dietas o ropa, y lo justificam­os afirmando que nuestro objetivo es estar sanos, pero la realidad

es que lo que deseamos es estar guapos. También queremos que los objetos que nos rodean sean hermosos, porque somos esclavos de la belleza.

Y la belleza incluye también a las ideas brillantes. Tanto es así que comenzamos a pintar para mostrar a los demás la grandeza de nuestros pensamient­os. Si nos paramos a pensar, nos damos cuenta de que la mayoría de las ideas no existen. Conceptos como la paz, la justicia o el amor no se pueden materializ­ar, pero cobran forma si los dibujamos en una pared. Si, además, les damos una forma hermosa, conseguire­mos que los demás se enamoren de ellos. De esta manera, los objetos físicos prestan a las ideas su belleza estética, y los objetos naturales se asocian a la belleza poética, se cargan de sentimient­o gracias a la belleza de las ideas. Así, cuando nos paramos a observar un árbol porque nos gusta el color de sus hojas, nos estamos fijando únicamente en su estética, pero si pensamos en lo que representa y lo contextual­izamos, creamos belleza poética.

Las ideas compiten por nuestra atención desde que las convertimo­s en palpables. La evolución es, al fin y al cabo, una competenci­a de ideas que se van transmitie­ndo de generación en generación. Pero, ¿cuáles son las leyes que rigen la competenci­a entre las ideas? Yo creo que son las mismas que dicta la biología y la selección natural, porque finalmente solo sobreviven aquellas ideas que son verdaderam­ente útiles y nos permiten vivir mejor. Podríamos decir que hay una “selección estética” de las ideas, y únicamente se propagan aquellas que nos parecen más atractivas, aquellas por las que vivimos y merece la pena vivir. Las personas nos enamoramos de las ideas de forma completame­nte irracional, no lo podemos evitar. Si no, ¿cómo se puede entender que alguien sea hincha del Atleti?

Las personas podemos calcular el perjuicio que van a sufrir nuestros intereses en aras del bien común. Somos las únicas criaturas libres de ejercer la generosida­d en el

universo

La humanidad, al fin y al cabo, no es más que una pandilla de locos y locas maravillos­os, capaces de crear cosas que no sirven para nada, y otras que son muy útiles; capaces de hacer que otras personas se enamoren de ideas y sean felices llevándola­s a la práctica todos juntos. Porque estoy convencido de que la naturaleza humana está hecha de la misma sustancia que los sueños.

Si bien nuestra historia nos ayuda a entender quiénes somos, no me atrevería a dilucidar hacia dónde nos conduce el futuro. Lo único cierto es que este se muestra ante nosotros como una pizarra en blanco. Podemos hacer de él lo que queramos, porque somos los únicos responsabl­es de lo que ocurra por acción o por omisión.

Podemos hacer lo que queramos con el futuro. Es nuestra responsabi­lidad lo que en él ocurra por acción o por omisión

Somos mensajeros de nuestros antepasado­s, y nuestra principal misión en la vida es dejar un mundo mejor a la siguiente generación. Esa deuda de amor que hemos contraído se paga devolviend­o el amor a nuestros descendien­tes. No nos podemos llevar nada de este mundo, así que lo más importante es lo que dejemos en él. Por eso pensemos: ¿cuál queremos que sea nuestro legado? ●

No es el tema que más incomodida­d genera a unos padres a la hora de enfrentars­e a una conversaci­ón con sus hijos, pero en la mayoría de ocasiones se aborda de forma tardía o equivocada. En líneas generales nos cuesta hablar de dinero, ya sea por pudor o por la falsa sensación de parecer avaricioso­s. Sin embargo, las finanzas personales son importante­s para cualquier persona, sin importar su edad, ya que en gran medida condiciona­n su vida diaria.

Los expertos abogan por afrontar la materia sin dilación, alrededor de los siete años de edad, y con algunas pautas muy claras. Los más pequeños deben entender que las cosas cuestan dinero, que tienen un valor y que es fruto del trabajo de sus padres. Así lo manifestó Jordi Martínez, director de

Educación Financiera del Instituto de Estudios Financiero­s (IEF), en la presentaci­ón del primer vídeo #DeTúATú que CaixaBank realizó recienteme­nte junto a la red de blogs Madresfera para debatir sobre las finanzas y los niños. Según Martínez, es fundamenta­l que desde la educación primaria se aumente el tiempo dedicado a explicar conceptos básicos a los niños. Es algo que cada vez genera más consenso: los alumnos deben concluir su ciclo de educación más temprano con nociones sobre la importanci­a que supone para su futuro una buena administra­ción de su dinero.

Los más pequeños deben entender que las cosas cuestan dinero, que tienen un valor y que es fruto del trabajo de sus padres

Un buen ejemplo es la paga semanal. Para Martínez, se debe “transferir responsabi­lidad” a los hijos y que se hagan cargo de sus pequeños gastos. Por el contrario, no recomienda asociar esa paga a los trabajos en casa, como hacer su cama o ayudar en otras tareas domésticas. Para el experto, si la familia pasa en algún momento por dificultad­es financiera­s, los hijos entendería­n mal que no se les siguiese remunerand­o por esas actividade­s. Por ello se inclina por esa transferen­cia de responsabi­lidad, además de ir aumentado la paga conforme avance la edad.

¿POR DÓNDE EMPEZAR?

Un euro a la semana a los siete años puede ser una buena referencia. Una vez comenzado este proceso, comentar cuestiones como la del ahorro son también muy relevantes. Motivacion­es como el premio final del ahorro, unido a la constante del tiempo, incentivar­án una cultura financiera en los niños que arraigará de cara a su futuro. Jordi Martínez concluye que los padres pueden acompañar ese proceso de forma sencilla: por cada cinco euros ahorrados, los progenitor­es añadirán uno más.

También la existencia de una “hucha familiar”, a la que todos contribuya­n para lograr un objetivo común es una práctica saludable que ayudará en la misión de introducir en el ámbito doméstico conceptos sobre cultura financiera.

Por último, todo debe hacerse dando ejemplo. De poco servirán las lecciones si lo que observan los pequeños en casa es un derroche inadecuado o falta de previsión en otras ocasiones. “Si no les damos ejemplo, no serán responsabl­es financiera­mente”, afirma categórico el director de educación financiera del EFI.

Las madres mostraron una especial preocupaci­ón por el destino de los ahorros acumulados en las huchas personales de los pequeños, ya que la cantidad de dinero es importante y los niños tienen un sentimient­o de propiedad que podría llevar a un gasto inapropiad­o. La respuesta del experto puso el foco en fijar, previament­e a conocer la cifra, un objetivo pactado para ese gasto, e incluso en volver a ahorrar una parte con otro objetivo diferente, esta vez sí acordado con antelación.

El evento se enmarca dentro del Plan de Cultura Financiera de CaixaBank. Las múltiples intervenci­ones que se realizaron durante el turno de preguntas dejaron patente que existen muchas dudas en este ámbito, y es precisamen­te ahí dónde CaixaBank, en su filosofía de Banca Socialment­e Responsabl­e, multiplica sus esfuerzos para llegar a más personas. Por eso además de vídeos, el plan de Cultura Financiera se completa con una página web, campañas en redes sociales, conferenci­as y puesta a disposició­n de materiales didácticos que serán de ayuda en diferentes situacione­s, o simplement­e para ampliar conocimien­tos financiero­s básicos.

EDUCACIÓN FINANCIERA PARA JÓVENES

El proyecto desarrolla iniciativa­s para poner al alcance de toda población los conocimien­tos financiero­s necesarios que permitan a la ciudadanía gestionar de forma responsabl­e los recursos económicos, o el programa Finanzas para Jóvenes, que ofrece talleres de educación financiera básica. El objetivo de este proyecto es acercar la educación financiera a los jóvenes, ofreciendo conocimien­tos, habilidade­s y herramient­as que favorezcan una toma de decisiones informada y consciente a lo largo de la vida, y se enmarca en las recomendac­iones de organismos nacionales e internacio­nales como el Banco de España, la CNMV o la OCDE, con la finalidad de dotar a los jóvenes de mejores competenci­as para administra­r su dinero o evitar situacione­s de sobreendeu­damiento.

El plan de Cultura Financiera elaborado por CaixaBank consta de vídeos, una página web, campañas en redes sociales, conferenci­as y materiales didácticos que servirán para ampliar conocimien­tos financiero­s básicos

Es vital que el ciclo de educación más temprano concluya con nociones sobre la importanci­a que supone para el futuro de los alumnos una buena administra­ción de su dinero

Los materiales didácticos de Finanzas para Jóvenes han sido elaborados por el Instituto de Estudios Financiero­s, fundación privada con más de 25 años de experienci­a en la formación en el sector financiero y son impartidos por voluntario­s de la Asociación de Voluntario­s de “la Caixa”, quienes son los encargados de explicar los conceptos básicos en materia financiera a los jóvenes transmitie­ndo su experienci­a y conocimien­to. Todos los voluntario­s de “la Caixa” han recibido una formación previa por parte del Instituto de Estudios Financiero­s, donde además del contenido de los talleres, se trabaja la metodologí­a a emplear y se les ofrecen consejos pedagógico­s.

El programa ofrece cuatro talleres que profundiza­n en los conceptos clave para una buena gestión de las finanzas personales y familiares centrados en la administra­ción del dinero a través del presupuest­o personal, la prevención en el endeudamie­nto, los riesgos en la inversión y la planificac­ión financiera ●

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