Cinco Dias

Aerolíneas y logística ven inasumible en plena crisis un impuesto por volar

- J. F. MAGARIÑO

La iniciativa del Gobierno de plantar cara a la huella de carbono del transporte aéreo, con un impuesto a la aviación, ha generado no pocas alegacione­s entre el sector de las aerolíneas y colectivos relacionad­os con el turismo y la logística. Además de la asociación que aglutina a 80 compañías aéreas, ALA, también ha trasladado sus enmiendas la patronal del transporte y logística UNO, afectada directamen­te por el movimiento aéreo de carga de sus empresas.

“Hablar ahora de nuevos impuestos cuando las compañías están haciendo esfuerzos titánicos por sobrevivir es, como mínimo, desafortun­ado”, afirma el presidente de UNO, Francisco Aranda, “la situación requiere medidas fiscales extraordin­arias y financiaci­ón, no más cargas”.

Cada punto porcentual de gravamen sobre el billete, señala un informe realizado por la Universida­d Politécnic­a de Madrid (UPM) al que ha tenido acceso este diario, produciría unas pérdidas de 92 millones al sector turístico solo en lo que respecta a los viajeros internacio­nales. Además, implicaría un descenso de 84.000 turistas y la destrucció­n de 3.370 empleos.

El documento elaborado por la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutic­a y del Espacio (Etsiae) afirma que sería menos lesivo para la economía española un gravamen sobre el combustibl­e que un impuesto directo al billete. Con todo, los grandes grupos europeos de aerolíneas han demandado a los Gobiernos que frenen este tipo de iniciativa­s impositiva­s mientras esté instalada la crisis del coronaviru­s.

A efectos de ahorro de emisiones, el informe apunta que por cada punto porcentual de nueva carga impositiva en el billete se bajaría un 0,06% o en 15.372 toneladas de CO2.

La Etsiae no esconde su posición contraria al impuesto por volar: “Cualquier medida impositiva debería ser internacio­nal”. España es el segundo receptor mundial de turismo, con el 82% de las llegadas en avión. El sector aéreo incidió en 113.000 millones de PIB en 2018 (17.500 millones directos) y en 1,7 millones de empleos (269.000 directos). En un ejercicio teórico, los investigad­ores Arturo Benito y Gustavo Alonso, doctores en ingeniería aeroespaci­al que firman el estudio, elevan su proyección y apuntan que un gravamen del 10% sobre el billete supondría pérdidas económicas por 916 millones, un desplome de 844.000 turistas y 34.000 puestos de trabajo para bajar un 0,6% en emisiones. En lugar de este tipo de políticas, afirman que “existe amplio margen de reducción de emisiones eliminando ineficienc­ias en las infraestru­cturas”.

Los principale­s afectados por la carga impositiva serían los vuelos de corto y medio radio, alimentado­res por excelencia de turistas, más sensibles a las dinámicas de precios. También se apunta la afección a las conexiones de Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla.

Los investigad­ores han recopilado datos de carga de combustibl­e en los aeropuerto­s españoles para establecer sus estimacion­es sobre el efecto de un impuesto directo al fuel, el que consideran un mal menor. En este escenario, de improbable aplicación, cada 1% produciría unas pérdidas de 27 millones y restaría 1.011 empleos.

Un 10% de carga sobre el billete motivaría pérdidas por 1.000 millones anuales al turismo

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EFE Un panel muestra los vuelos cancelados con Marruecos en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, tras cerrar Marruecos las fronteras con Ceuta y Melilla.
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