Las empresas piden avales públicos y apoyo de la banca para evitar un crac de crédito
La situación extrema provocada por el virus que nació en la ciudad china de Wuhan amenaza con dejar a la gran crisis financiera que estalló en 2008 con la quiebra de Lehman Brothers como un juego de niños. El parón en seco de la actividad económica, con confinamientos en varios países de la UE y estado de alarma incluido en España, tiene un primer efecto: los círculos de la liquidez se han congelado. No hay facturación. Hay riesgo de un crac de crédito.
Los bancos centrales de todo el planeta han entrado en acción. Ahora les toca a las entidades trasladar a la economía real ese maná –dinero contante y sonante– que les han entregado para evitar quiebras en cadena. Pero el papel de los Gobiernos también es crucial.
Las entidades financieras patrias piden avales que las blinden ante posibles impagos. El Ejecutivo español ha aprobado unas medidas de juguete, con una raquítica línea de financiación, de tan solo 400 millones de euros y exclusiva para el sector turístico. El sábado, cuando se publicó el real decreto de alarma, se aplazó el esperado paquete económico. Ahora, la banca española exige que el martes, en el Consejo de Ministros, se movilicen todos los recursos posibles del Instituto de Crédito Oficial (ICO). En octubre de 2008, el Gobierno de Zapatero puso a disposición de la banca avales por 100.000 millones como escudo ante posibles impagos para mitigar su miedo a dar crédito.
La falta de actuación del Ejecutivo de Pedro Sánchez contrasta con las medidas que ya han tomado en Alemania, donde el homólogo al ICO, el Banco Alemán de Desarrollo (KfW), ha dispuesto una línea de avales en la práctica ilimitada –de 500.000 millones de euros– que será el escudo para que las entidades financieras entreguen sin temores la liquidez a la economía real. La respuesta de Italia también ha sido bien distinta, con la inyección de hasta 25.000 millones de euros en ayudas a familias y empresas y supresión de impuestos.
Fuentes financieras señalan que el Gobierno español espera un inminente movimiento del Banco Europeo de Inversiones (BEI), para que ejerza de unidad de emergencia de la UE a la hora de conceder avales y préstamos a las entidades financieras. De momento, este organismo tan solo tiene programadas garantías por 8.000 millones de euros ante la crisis del coronavirus.
Las entidades financieras son conscientes de que corren un riesgo. Las claves de solvencia, pese a que también el BCE ha relajado momentáneamente las exigencias de los colchones anticrisis, siguen ahí. Y el peligro de que su morosidad se dispare si prestan el dinero a compañías sin avales estatales es real. Aquí es cuando también entran en juego los hedge funds. Proporcionan un resorte que utilizan empresas en situación de estrés, cuando no pueden recurrir a las entidades tradicionales.
En España, Santander es una clave de bóveda de este tipo de prestamistas, con el vehículo Tresmares, (900 millones) y con el fondo Smart, financiado por la misma entidad, con una potencia de fuego de 620 millones. Cierto que estos instrumentos se crearon para impulsar el crecimien
105,71
119,94
66,25
111,46
79,12
122,38 to de pequeñas y medianas empresas, no para rescatarlas en estas circunstancias.
Miedo
Entretanto, los termómetros del miedo de impagos se han disparado. No solo las empresas con rating inferior al grado de inversión (BBB-), con deuda high yield, están en problemas, también las que se sitúan por encima.
Los índices iBoxx de bonos con buena nota en dólares y en euros se han desplomado en las últimas semanas. El primero está en mínimos desde mayo
Nov. 2010
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91,83
16,72 del año pasado; el segundo marca sus niveles más bajos desde marzo de 2019. En los que miden la deuda de peor calidad, el daño es más grave. El de las compañías estadounidenses con bonos basura registra mínimos desde mayo de 2009; el de las europeas señala niveles similares (véase gráfico)
Se están produciendo dos fenómenos al mismo tiempo. Por un lado, EE UU, la zona euro y el Reino Unido han activado líneas de liquidez casi ilimitadas para las entidades financieras. Por otro, existe la mencio
88,45
18,35 nada reticencia por parte de estas a repartir ese dinero. Como muestra, un botón. La Reserva Federal puso a disposición el jueves unos 445.000 millones de euros, pero las entidades apenas solicitaron el 20%.
La buena noticia es que esto no se ha dejado notar todavía en el mercado interbancario. Los bancos se siguen fiando entre sí y prestándose dinero. Pese a ligeras turbulencias, el euríbor sigue en terreno negativo.
El miedo es obvio en cualquier caso. La recesión está aquí y es altamente im
Alemania entregará 500.000 millones en avales e Italia moviliza 25.000 millones
España ha dispuesto una raquítica línea de 400 millones para el sector turístico
BELÉN TRINCADO / CINCO DÍAS