El rey Felipe renuncia a la herencia de su padre y le retira su asignación
Felipe VI anunció ayer a través de un comunicado de la Casa Real su decisión de renunciar a la parte que le corresponde de la herencia de su padre, el rey Juan Carlos. El monarca asegura que su padre tiene conocimiento de su decisión de renunciar “a la herencia que personalmente le pudiera corresponder, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona”. El texto añade que el rey emérito dejará de percibir la asignación que tiene fijada en los presupuestos de la Casa del Rey. Como respuesta a distintas informaciones aparecidas los últimos días sobre una supuesta relación, a título de beneficiario, entre Felipe VI y dos fundaciones, el comunicado recalca que el Rey desconoce esa designación, pero que, en caso de ser cierta, también renuncia a ella. El comunicado recuerda las palabras del monarca en su discurso de proclamación ante las Cortes, cuando dijo que el Rey tiene que ser “no solo un referente, sino también un servidor” de los principios morales y éticos que demandan los ciudadanos.
El parón económico y social generalizado revela hasta qué punto la mayor parte de las actividades ideadas por el ser humano son prescindibles: salvo la producción de alimentos y los tratamientos médicos, el resto son bastante soslayables (aunque hacen la vida más entretenida). De ahí que el común de los mortales pueda dejar su trabajo, pero tenga que seguir pagando, al menos los alimentos. Los autónomos y las pymes están especialmente expuestos, dado lo inestable de sus ingresos, y aunque el Gobierno ya está tomando medidas, organizaciones como la Asociación Nacional de Trabajadores Autónomos seguirán reclamando soluciones de urgencia para amortiguar el impacto en este grupo laboral.