Empresas / Finanzas
IAG lucha por sobrevivir ante una crisis que alcanzará el verano
El desplome histórico de IAG ayer en Bolsa, del 27,9%, refleja que aún se desconoce la profundidad de la crisis motivada por el coronavirus. La compañía indicó que su capacidad durante el primer trimestre del año se reducirá un 7,5%, frente a la del periodo comparable de 2018. Pero los ajustes no han hecho más que empezar.
Para abril y mayo la oferta se recortará un 75% como respuesta a la inexistente demanda. Y más allá, el holding que agrupa a British, Iberia, Vueling, Aer Lingus y Level espera que la debilidad del negocio se mantenga “hasta bien entrado el verano”. Toca pelear por la supervivencia.
Prácticamente todo se pone en cuarentena en IAG, incluido el relevo en el puesto de consejero delegado, que debería ocupar el español Luis Gallego a partir del 26. También se cancelan las previsiones económicas y se aplicará un severo ajuste de costes. “A la luz de las excepcionales circunstancias que enfrenta la industria de la aviación, y en particular a la evolución en España, se ha decidido que Luis Gallego continúe en su puesto como CEO de Iberia durante los próximos meses para liderar la respuesta en España. A su vez, Willie Walsh seguirá en su posición como CEO del grupo y Javier Sánchez Prieto permanecerá en el cargo de CEO de Vueling”, dijo IAG.
Una vez reconocida la “disminución sustancial” en las reservas, se anunciaron “medidas para reducir gastos operativos”. Estas van desde la propuesta de vacaciones voluntarias no pagadas, hasta la suspensión temporal de contratos y la reducción de horarios de trabajo. Los aviones excedentes se quedan en tierra, al tiempo que se da un tijeretazo a las inversiones y gastos no esenciales. También se acelerará la retirada de los 747 de British y los A340 de Iberia. “Dada la continua incertidumbre en relación al impacto y la duración del Covid-19, todavía no es posible proporcionar una indicación precisa sobre las perspectivas de beneficio para 2020”, señalaba la nota. IAG no ha cruzado la línea de suspender el dividendo, como sí ha hecho Lufthansa, pero advierte que las previsiones de tráfico en 2021 podrían verse afectadas.
Ajustes de empleo
La batalla contra el gasto se libra en campos no estratégicos del departamento de tecnologías de la información, donde los esfuerzos se centran en blindar la ciberseguridad. El grupo también ha abierto negociaciones con los sindicatos para articular ajustes de empleo. El protocolo de emergencia activado en Iberia, por ejemplo, contempla niveles en los que el 90% de la flota podría quedarse en tierra si cesara la actividad en Barajas. El ERTE podría alcanzar a septiembre. El presidente de British, Álex Cruz, también anticipó el viernes que las medidas podrían tomarse por meses.
Ante el riesgo de quiebras que supone la falta de liquidez, IAG subrayó su posición “sólida”. Entre la caja, activos líquidos equivalentes y depósitos remunerados, la reserva es de 7.350 millones. Además, las líneas de crédito garantizadas por aviones llegan a 1.900 millones, lo que resulta una liquidez total de 9.300 millones de euros.
Nunca una crisis amenazó, como ahora, con dejar en tierra a buena parte de la flota mundial de aviones. El gigante del low cost Ryanair dibujó ayer ese escenario al asegurar que en un plazo de siete a diez días podría aterrizar todos sus aparatos. La filial Lauda ha activado ya esa medida, mientras Austrian Airlines (grupo Lufthansa) lo hará el jueves.
Ryanair ha reducido su capacidad para abril y mayo un 80%, mientras su cotización se dejaba ayer un 12,70%. La firma aseguró estar tomando “medidas inmediatas para reducir los gastos operativos y mejorar los flujos de efectivo”. Su presidente, Michael O’Leary, habló de sobrevivir y “estar adecuadamente preparados para el retorno a la normalidad, que ocurrirá más pronto que tarde, a medida que los Gobiernos de la UE tomen medidas sin precedentes para restringir la propagación de Covid-19”.
Las reservas a corto plazo han desaparecido en Italia, Malta, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Austria, Grecia, Marruecos, España, Portugal, Dinamarca, Polonia, Noruega o Chipre. Ryanair apuntó a su fuerte posición de liquidez, entre efectivo y equivalentes, como soporte: 4.000 millones de euros.
También se desangró en el parqué, en este caso en Fráncfort, el grupo Lufthansa. El arranque de semana, con un batacazo del 7,9%, venía precedido de una revisión a la baja de la estimación de beneficios y por la anulación del dividendo, ambas decisiones anunciadas en la noche del viernes. Las nuevas reservas en sus aerolíneas la semana pasada
Lauda y Austrian Airlines deciden parar la actividad ante la falta de demanda
fueron un 50% inferiores a las del mismo periodo de 2019, por lo que Lufthansa se abre a reducir sus vuelos un 70%.
Easyjet baraja dejar en tierra la mayoría de su flota como mal menor. Norwegian cancelará prácticamente toda su actividad intercontinetal a partir del 21 y suspenderá de modo temporal el empleo de 7.300 trabajadores, el 90% del total. TUI y la escandinava SAS dejan en suspenso la gran mayoría de las operaciones. Y Finnair emitió su segunda advertencia de beneficios en solo tres semanas y bajará el dividendo, ya que dará un tijeretazo de alrededor del 90% a su capacidad a partir de abril.