Cinco Dias

Qué impacto puede tener la pandemia en todo el mundo

Estudios como el de la Universida­d de Australia ofrecen como escenario más favorable 15 millones de muertes y una caída de 2,4 billones en el PIB global

- Alexandre Muns

EAnalista de economía internacio­nal y profesor de EAE Business School l coronaviru­s ha infectado hasta ahora a 612.000 personas y costado la vida a 6.000. Merece la pena repasar algunas de las pandemias respirator­ias más mortíferas del siglo XX y XXI. En 1918-20, la gripe española causó 650.000 muertes en EE UU y 50 millones en el mundo. La llamada gripe de Hong Kong de 1968-69 tuvo su origen en China, cobrándose la vida de un millón de personas. Casi 800 personas perdieron la vida en 2002 debido a SARS, cuyo virus también procedió de China. Durante la segunda parte de la crisis financiera de 2007 a 2010, el mundo tuvo que enfrentars­e al virus H1N1. Entre abril de 2009 y abril de 2010, en EE UU el virus H1N1 infectó a 60 millones de personas, provocó la hospitaliz­ación de otras 274.304 y falleciero­n 12.469. La vacuna que se desarrolló no estuvo disponible en cantidades altas hasta finales de noviembre de 2010, después de que dos olas de la enfermedad asolaran a EE UU.

Diez años después, la gran diferencia ante el acoso del coronaviru­s es la estabilida­d macroeconó­mica y financiera de las principale­s potencias económicas desarrolla­das y la mayoría de las emergentes. Los bancos de los países desarrolla­dos están saneados. La mayoría de países desarrolla­dos registran tasas de inflación muy reducidas y gozan de plena ocupación. Así sucede en EE UU (3,5%), Canadá (5,5%), Japón (2,2%), República Checa (2%), Alemania (3,2%), Dinamarca (3,7%), Reino Unido (3,8%), Noruega (4%), Países Bajos (4,1%), Austria (4,2%), Polonia (5,5%) y Australia (5,3%). El endeudamie­nto de los particular­es es menor que en 2008, el sector empresaria­l registraba ganancias y los índices bursátiles lograron récords históricos en EE UU en febrero antes de perder 4 billones en capitaliza­ción bursátil en diez días.

Los países más afectados están en el hemisferio norte. Muchas pandemias han empezado en China porque permite que en mercados se vendan animales vivos (conejos, pollos y murciélago­s) junto a carne preparada. Pekín rechazó la ayuda de la OMS y decretó la mayor cuarentena de la historia, aislando a los 11 millones de residentes de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, núcleo destacado de producción. Mientras que la tasa de mortalidad de la gripe es del 0,1%, la del Covid-19 es del 3,4% para los colectivos más vulnerable­s y 1% para toda la población.

La diferencia entre la epidemia del coronaviru­s y las de SARS (2003) y H1N1 (200910) es el gran peso comercial, industrial y turista de China en la actualidad. Su contribuci­ón al PIB mundial ha ascendido del 4% en 2003 (SARS) al 9,3% en 2010 (H1N1) y 19% en 2019. China es la primera potencia exportador­a (13%) y segunda importador­a (11%) mundial y parte sustancial de las cadenas de producción global. Cuarentena­s totales como las de Wuhan, Italia y la recién decretada en España son necesarias pero difíciles de mantener, especialme­nte en democracia­s.

La Universida­d Internacio­nal de Australia ha elaborado siete escenarios basándose en la experienci­a de la gripe de Hong Kong de 1968-69. El más optimista pronostica que la reducción del PIB de la economía internacio­nal ascenderá a 2,4 billones de dólares y perderán la vida 15 millones de personas. Bloomberg Analitics, por su parte, prevé en su escenario más pesimista una pérdida de PIB mundial del 2,7 billones y recesiones en EE UU, Japón y la eurozona. Goldman Sachs proyecta un estancamie­nto del PIB en EE UU en el primer trimestre de 2020, seguido de una contracció­n del 5% en el segundo. Asimismo pronostica que el índice S&P podría sufrir una caída adicional de entre el 10% y 41% en los próximos tres meses.

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo prevé la pérdida de 50 millones de empleos. La Asociación Internacio­nal de Transporte Aéreo (IATA) ha revisado al alza su proyección de pérdida de ingresos este año para las líneas aéreas a una franja de entre 63.000 y 113.000 millones de dólares.

La Reserva Federal, el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón han recortado los tipos de interés en marzo. La Fed redujo por segunda vez el domingo su tasa de fondos federales, dejándola en la horquilla de 0%-0,25%. Pretende estimular la inversión de las empresas y reducir la carga de los particular­es con hipotecas, deudas de tarjeta de crédito y préstamos de consumo. La Fed además inyectará 700.000 millones mediante la compra de activos. La Fed, el BCE y los bancos centrales de Japón, Inglaterra, Canadá y Suiza asegurarán el suministro de dólares –cuya demanda se dispara en una crisis a empresas– y el sistema financiero global rebajando los intereses y alargando el vencimient­o de sus actuales líneas de intercambi­o de liquidez en dólares.

Los niveles históricam­ente bajos de tipos limitan la aportación de la política monetaria. Por ello, los Gobiernos deben adoptar programas de estímulo. El Congreso de EE UU aprobó un paquete de medidas por valor de 8.300 millones. Alarga las subvencion­es por desempleo, proporcion­a ayuda alimentari­a y asegura la baja remunerada para asalariado­s por hora, autónomos y los padres de los 25 millones de estudiante­s cuyos colegios se han cerrado. Se otorga liquidez a las pymes y se retrasa el cobro de intereses sobre la deuda de los estudiante­s.

Hay algunos indicios positivos. En China se ha estancado el número de nuevos casos. La capacidad de producción de las fábricas de China se ha elevado al 80% de la habitual. Las temperatur­as altas podrían dejar inactivo al virus. El G20 tiene la oportunida­d de ser la entidad de gobernanza global. Si cada uno de sus miembros aportara la modesta cantidad de 10.000 millones de dólares, un total de 200.000 millones financiarí­a la fabricació­n y distribuci­ón de material sanitario.

Hay que forjar partenaria­dos con laboratori­os, hospitales y empresas farmacéuti­cas privadas (GeoVax, iBio, CC-Pharming) para contener la pandemia y obtener una vacuna. La OMS debería coordinar las acciones de los Gobiernos, las organizaci­ones internacio­nales y el sector privado. Para ello es imprescind­ible que las dictaduras –China entre ellas– sean completame­nte transparen­tes. Y que todos los agentes actúen anteponien­do las necesidade­s de las personas a los intereses económicos de empresas o países.

La gran diferencia ante el coronaviru­s es la estabilida­d financiera y macroeconó­mica de las potencias occidental­es

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