El Citroën C4 renace convertido en SUV eléctrico
El compacto adopta el formato de todocamino de estilo cupé y suma una versión sin emisiones
El camino del Citroën C4 durante los últimos años ha sido de constante renovación, puesto que en 2017 dejó de fabricarse el modelo convencional para dar paso al año siguiente al C4 Cactus, una combinación de ambos vehículos que, de nuevo, dejó de producirse en 2019. La razón de tal estrategia era el relanzamiento del compacto pero, eso sí, de nuevo reconvertido a un formato inédito: vuelve a la vida como un SUV de estilo cupé que, además, tiene una versión eléctrica en su gama.
En la línea de los últimos lanzamientos de la marca, luce un diseño con mucha personalidad, sobre todo por el característico frontal, articulado en torno al logotipo y los dos listones cromados que parten de él, que a su vez dan paso a las luces diurnas, en forma de tira en posición superior, y a los grupos ópticos principales, situados por debajo. No faltan las protecciones inferiores de plástico, decoradas con molduras de color negro, y en la vista lateral, la suave caída del techo le confiere un aire dinámico, terminando en un pequeño alerón integrado.
Sus dimensiones alcanzan los 4.360 milímetros de longitud, 1.800 de anchura, 1.525 de altura y 2.670 de distancia entre ejes, lo que garantiza un interior espacioso en el que además tiene cabida un maletero de 380 litros de capacidad. El habitáculo presenta múltiples opciones de tapicería y luce un ambiente muy tecnológico, gracias al conjunto que forman las dos pantallas de 10 pulgadas, una para el cuadro de instrumentos y otra para la consola central, más la proyección de información en el parabrisas.
Respecto a su gama mecánica la versión más interesante es la eléctrica, que recibe el nombre de ë-C4 y comparte la misma plataforma y sistema de propulsión que ya han estrenado otros eléctricos del grupo PSA, como los Opel Corsa-e y Peugeot e-2008. Cuenta con un motor de 100 kW (136 CV) y 260 Nm que envía toda la potencia al eje delantero, lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 150 km/h.
Esta limitación prestacional obedece al objetivo de maximizar su autonomía eléctrica que, gracias a su batería de 50 kWh, es de hasta 350 kilómetros. Con una toma de corriente doméstica estándar necesita más de 24 horas para recargarse, pero con un cargador de pared de 11 kW el tiempo se reduce a cinco horas y empleando una toma rápida de 100 kW puede rellenar el 80% de su capacidad en 30 minutos.
La gama también cuenta con alternativas de combustión tradicionales, ofreciéndose dos variantes de 110 y 130 CV del bloque diésel BlueHDI y hasta cinco combinaciones diferentes para el gasolina PureTech, con potencias de 100, 130 y 155 CV, y cajas de cambios manual o automática. El nuevo C4 estará a la venta a partir de diciembre, con precios aún por definir.