Las grandes palancas
“La gente que pueda trabajar en remoto va a hacerlo más. La demanda se va a mover a otras horas y de otras maneras, a sitios más cercanos al domicilio o viajes más cortos”, indica Ferri.
“Las empresas son las grandes palancas del cambio”, considera Fernández. “Tendemos a responsabilizar al usuario, cuando debería recaer, al menos en la misma medida, en los que generan desplazamientos. Y cuando una empresa decide que todos sus empleados vuelvan al trabajo está generando desplazamientos”.
“Tenemos que trabajar con los generadores de movilidad”, resalta Ferri. “Implicarles para que apliquen políticas diferentes: desconcentración horaria, días alternos, para que entren diferentes días y horas...”.
Otras opciones están sobre la mesa. “Cambiar el aparcamiento de los empleados por autobuses de empresa”, propone Fernández.
“En lugares con verdaderos problemas de congestión, hay que buscar formas de desplazar las demandas más flexibles”. Una idea es que los desplazamientos en hora punta cuesten más, como en el Reino Unido.
Y no solo son las empresas las que deben actuar. “Un hospital tiene la movilidad de una población pequeña”, considera Ferri. Las Administraciones públicas a todos los niveles pueden poner de su parte con el ejemplo. “No tiene sentido que los horarios de determinados servicios públicos empiecen todos a la misma hora, se podría bascular la apertura dependiendo del punto de la ciudad en los que estén... Se trata de hacer cirugía fina”, señala Ferri.
“A medio y a largo plazo, el gran reto es conseguir adaptarnos de manera más flexible a una demanda cambiante, y para eso lo fundamental es tener informa
El principal reto es reducir la contaminación y las emisiones
El transporte público tiene que estar preparado para recibir a los pasajeros
ción”, opina Serrano. “Uno de los grandes problemas es perder el pie a cómo se mueve la sociedad. Tenemos que tener la flexibilidad para hacer los cambios sin tener que esperar encuestas”. Porque el objetivo se engloba en una necesidad urgente: reducir la contaminación y las emisiones.
Menos gases
“Todo lo que va apareciendo sobre el tema del teletrabajo se está moviendo en los parámetros de las condiciones de trabajo”, considera Ferri.
“Todo eso está muy bien, el problema es que ahora nadie desde ninguna Administración ha sido capaz de relacionar ese periodo de teletrabajo como periodo de reducción de emisiones. Lo que hay que darle al trabajo en remoto es justamente esa lección aprendida, lo importante es reducir el consumo de energía que generan los millones de desplazamientos cotidianos”.
El sector del transporte público tiene que estar preparado para ese desafío en una situación económica muy precaria. Los confinamientos del año pasado provocaron un agujero en sus presupuestos del que todavía no se han recuperado. Y las ayudas del Gobierno (de 434 millones de euros en los Presupuestos de este año) son, apunta Serrano, insuficientes. “Vienen a cubrir los déficit de 2020”. Y los fondos de nueva generación europeos no valen. “Son para invertir, no para pagar nóminas o combustibles”.
Porque el desafío está en que el pasajero vacunado que vuelva en septiembre se encuentre algo de calidad. “Si la persona va a la parada del autobús y no hay autobuses la gente deja de usarlo y es muy difícil de recuperar”, advierte Serrano.