Cinco Dias

Biden dispara balas de fogueo contra los gigantes del petróleo

- ROBERT CYRAN

Su petición a la Comisión de Comercio de que busque pruebas de colusión de precios no tiene recorrido

Los políticos de todo el mundo saben que el aumento de los precios de la gasolina significa problemas. Solo hay que ver las protestas de los chalecos amarillos de Francia, que comenzaron en 2018 contra una subida prevista de los impuestos sobre la gasolina. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha respondido a los recienteme­nte elevados costes del combustibl­e pidiendo a la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) que busque pruebas de comportami­ento anticompet­itivo. Está disparando a ciegas, pero es una necesidad política aunque entre en conflicto con sus objetivos más importante­s.

Un predecesor de Biden, George W. Bush, amigo del petróleo, utilizó una táctica similar y ordenó al Departamen­to de Justicia que examinara los precios abusivos de las empresas energética­s en 2006. Sin embargo, aunque ExxonMobil y Chevron podrían duplicar sus ingresos netos este año en comparació­n con 2019, como señala la carta de Biden a la presidenta de la FTC, Lina Khan, es casi seguro que no se debe a la colusión. El petróleo es una materia prima global, e incluso los mayores actores de Estados Unidos suelen ser aceptadore­s de precios.

Además, los reguladore­s antimonopo­lio estadounid­enses son consciente­s de que el mercado es competitiv­o. Puede que Khan vea más riesgos que sus predecesor­es, pero la FTC no ha obstaculiz­ado una gran fusión petrolera en dos décadas.

El esfuerzo de Biden por convencer a los aliados para que liberen sus reservas de petróleo de forma coordinada podría tener más efecto. La noticia de que los países asiáticos lo estaban consideran­do envió el precio del crudo Brent por debajo de los 80 dólares por barril el jueves por la mañana, desde los 82 dólares del día anterior.

Según una fuente de Reuters, Washington estaba consideran­do la posibilida­d de liberar entre 20 y 30 millones de barriles en total. Sin embargo, el problema radica más en la producción. La Organizaci­ón de Países Exportador­es de Petróleo y sus aliados tienen unos 7 millones de barriles diarios de capacidad sobrante, aproximada­mente el doble de la producción de ExxonMobil.

La herramient­a más eficaz de Biden para reducir los precios de los combustibl­es podría ser impulsar un aumento de la producción de Estados Unidos, que fue de 11,4 millones de barriles diarios en agosto según las cifras del Gobierno, un ritmo reducido en comparació­n con el nivel anterior a la pandemia de 2019.

Sin embargo, dado el calentamie­nto del planeta, Biden y muchos de su base de votantes demócratas quieren la transición de los combustibl­es fósiles. Sin embargo, la gasolina inasequibl­e y el consiguien­te descontent­o de los votantes podrían poner en peligro todos los objetivos de Biden.

Su opción más eficaz para bajar el precio de la gasolina es impulsar la producción de EE UU, pero eso choca con su discurso ecologista

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REUTERS Joe Biden, presidente de EE UU.

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