Divisas y fondos
Una duda habitual de los inversores es qué hacer con la exposición a divisas (fundamentalmente el dólar) cuando los fondos en que se invierte son de ámbito global, lo más recomendable por otro lado. La respuesta cuando los fondos son de renta fija es clara. Se deben comprar fondos de inversión en euros que cubran las divisas de los bonos en cartera denominados en dólares. La razón es sencilla y es que, si no cubrimos la divisa en fondos, que pueden tener fácilmente más del 50% de la cartera en bonos denominados en dólares, añaden mucha volatilidad e incertidumbre a las rentabilidades. Más del -5% anual si el dólar se deprecia.
Por el contrario, en los fondos de Bolsa el debate aparece. Bastantes inversores y asesores profesionales recomiendan no cubrir la exposición a divisas diferentes al euro. Normalmente, aducen dos razones principales. La primera es que la inversión en divisas en el tiempo se compensa, ya que se suelen mover en rangos históricos determinados y además aportan mayor diversificación a la inversión. La segunda es que la cobertura tiene unos costes que minan rentabilidad, especialmente en divisas diferentes al dólar.
Nuestra visión y la de otros profesionales, sin embargo, es opuesta a la cobertura sistemática en el caso del dólar. Una de las razones es que, normalmente, en España nuestros ingresos y la gran mayoría de nuestros gastos son en euros, por lo que añadir el riesgo de que el valor de la inversión pueda verse afectado de forma fuertemente negativa por la exposición a la divisa verde parece innecesario.
La segunda es realmente una estrategia de largo plazo. Efectivamente, el euro (real y sintético)/dólar se mueve en rangos determinados de forma histórica. Cuando este tipo de cambio está en niveles de 0,9-1,20 sabemos que el dólar está caro. Cuando se va a niveles de 1,401,60, sabemos que está barato. Llevado al comercio es la clásica situación donde consumir en Estados Unidos resulta barato. Solo entonces resulta atractivo no cubrir divisa.