Las medidas de ayuda
Directas. El real decreto ley aprobado el 4 de marzo contemplaba tres niveles de actuación para apoyar la solvencia de las empresas golpeadas por la crisis: ayudas directas por 7.000 millones, reestructuración de deudas por 3.000 millones y un fondo de 1.000 millones para capitalizar pymes que requieran apoyo adicional.
Préstamos. También se establecía la posibilidad de convertir los créditos en préstamos participativos, manteniendo la cobertura del aval público, medida que reforzaría los recursos propios de las empresas beneficiarias, al tener estos préstamos un tratamiento equivalente al capital a efectos mercantiles. Para poder beneficiarse de esta medida, la empresa debería haber tenido una caída de su facturación del 30% en 2020, con la cuenta de pérdidas y ganancias del año 2020 presentando además un resultado negativo después de impuestos. La empresa no debería estar en mora en ninguna financiación con el banco y no estar en concurso de acreedores.
Quitas. Como último recurso se contemplaba la realización de transferencias directas a autónomos y empresas para la reducción del principal de la financiación avalada, conocido como quitas, contraída durante la pandemia.