Great Wall Motor apuesta a un doble o nada un poco contradictorio
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Dice Great Wall Motor que no tiene claro si se instalará en la antigua planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona porque su capacidad le parece insuficiente: que quiere producir 300.000 unidades en lugar de 150.000, y para ello pide más inversión pública. Este doble o nada suena un poco contradictorio, así que se comprende que los sindicatos duden de si es una estrategia real de negociación o una forma elegante de romperla; y si resulta que el Gobierno entra por el aro e invierte más, pensará la empresa china, miel sobre hojuelas.
Sea como fuere, el destino de las instalaciones de Nissan vuelve a torcerse, en un contexto complejo para la industria del motor, con parones de producción por la falta de suministros, en particular de chips. Hay otras ofertas, pero no suplen ni de lejos la potencia de la marca japonesa. Desindustrializar es muy sencillo, recuperar la actividad con un inversor fiable y comprometido es más difícil.