La aviación carga contra posibles nuevos impuestos y la prohibición de vuelos cortos
Air Nostrum pone en valor el papel de la conectividad regional El sector urge a impulsar los biocombustibles
Rechazo frontal a posibles nuevos impuestos que graven el queroseno y el billete de avión, y también a la prohibición de vuelos cortos. Así se manifestaron ayer representantes del sector aéreo en Valencia, donde tuvo lugar un foro sobre la sostenibilidad de este modo de transporte, con el foco en la aviación regional.
El presidente de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, abrió esta cumbre poniendo en contexto el problema: “El sector tiene una preocupación sincera por el cambio climático y este es un reto para todos nosotros. Aunque el esfuerzo que nos exige la regulación no es proporcional a lo que aportamos al problema, vamos a ser gran parte de la solución”.
Air Nostrum organizó este encuentro junto a la European Regions Airline Association (ERA) con el objetivo de poner en valor la hoja de ruta de las aerolíneas hacia la descarbonización. El compromiso, recordado por la directora general de ERA, Monserrat Barriga, es reducir un 55% las emisiones en 2030, respecto a 2019, y alcanzar la neutralidad en emisiones de CO2 en 2050. El plan consensuado por la industria, Destination 2050, prevé hitos como la llegada del primer avión híbrido eléctrico en 2030 o de una aeronave a hidrógeno en 2035. Para ese año los combustibles sostenibles (SAF) deberían alcanzar una cuota del 63%.
El abismo al que se ha asomado el sector aéreo es el de la prohibición en parte de Europa de los vuelos inferiores a 500 kilómetros con alternativa en el ferrocarril. Fue Francia la que tomó la iniciativa y en España llegó a valorarse esta posibilidad en la presente legislatura. El veto afectaba en este país a cinco rutas, las que unen Madrid con Barcelona, Valencia, Alicante, Málaga y Sevilla, en las que el avión compite con el tren de alta velocidad. El Gobierno aparcó cualquier prohibición a la aviación, pero el sector insiste en la importancia de evitar restricciones.
Solución ineficaz
Carlos Bertomeu explicó que podría prohibirse un vuelo entre Madrid y Valencia, pero España no podría evitar que una aerolínea enlazara la misma Valencia con París o Fráncfort para que el viajero tomara una conexión desde esos puntos hacia cualquier punto del mundo. Las emisiones seguirían, e incluso aumentarían, y el hub de Madrid quedaría lastrado al perder la alimentación de tráfico desde las mayores ciudades españolas.
Bertomeu, que resaltó el papel de la aviación regional en la conectividad de España, expuso que la reducción de las emisiones en las rutas domésticas de gran densidad ya se ha producido con la alta velocidad y el trasvase de viajeros del avión al tren. “Un país que vive del turismo no puede pegarse un tiro en el pie sin conseguir, además, reducir las emisiones. Es pura demagogia”, advirtió el presidente de Air Nostrum. Desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), su presidente, Javier Gándara, tildó de “ocurrencias” estas ideas.
En el continente, el 34% de las rutas intraeuropeas están por debajo de los 500 kilómetros. Desde ERA se recordó que la aviación es responsable del 3% al 5% de las emisiones intraeuropeas. Y en España, las cinco rutas que eran candidatas a una prohibición representan el 0,9% de las emisiones, según estimaciones de ALA.
Entre las aerolíneas preocupa la batería regulatoria que se discute en Bruselas, incluida en el paquete contra el cambio climático, por la que se busca imponer una tasa sobre el queroseno o gravar el precio del billete. La directiva a debate requiere la aprobación por unanimidad y a favor del texto de la Comisión Europea, que marca un suelo para esta fiscalidad, están los países que ya cuentan con tasas sobre el combustible de aviación o el propio billete por cuestiones ambientales.