Cinco Dias

Frenesí inversor en la Bolsa española

En marzo el parqué español movió 43.846 millones de euros, récord desde junio de 2020 Las operacione­s rozan niveles de hace 16 meses

- GEMA ESCRIBANO

La renta variable española movió 43.846 millones de euros en marzo, un 24,7% más que un año antes y el dato más elevado desde junio de 2020 durante las negociacio­nes entre los miembros de la Unión Europea para la creación del fondo de reconstruc­ción. Si entonces las expectativ­as de remontada fueron las razones que explicaron el interés de los inversores por la Bolsa española, ahora la volatilida­d desatada por la guerra de Ucrania justifica la mayor actividad.—

El endurecimi­ento de la política monetaria, las tensiones geopolític­as, el alza de los precios y el empeoramie­nto de las condicione­s macroeconó­micas están siendo las señas de identidad de 2022, un ejercicio en el que la volatilida­d está generando fuertes oscilacion­es en las Bolsas. La española no es una excepción, pero tras meses e incluso años en los que ha tenido que convivir con los bajos volúmenes de negociació­n, en marzo experiment­ó un resurgir de la actividad. La renta variable doméstica movió 43.846 millones, un 24,7% más que un año antes y el dato más elevado desde junio de 2020, un mes marcado por las negociacio­nes entre los miembros de la UE para la creación del fondo de reconstruc­ción.

Pero mientras que en 2020 las expectativ­as de remontada tras los mínimos registrado­s con el estallido de la pandemia fueron las razones que explicaron el interés de los inversores por la Bolsa española, en 2022 la volatilida­d y el pánico desatado por la guerra de Ucrania son los motivos que justifican la mayor actividad. “Los volúmenes aumentan en los días de caídas porque muchos inversores entran en pánico y están dispuestos a vender a cualquier precio”, sostiene Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities.

Pero más allá del pánico, la volatilida­d ha jugado un papel destacado. Como señala el consenso de los expertos, cuando se incrementa la inestabili­dad los volúmenes negociados tienden a aumentar y en los tres primeros meses del ejercicio acontecimi­entos que pusieron a prueba la paciencia de los inversores no han faltado.

Si a comienzos de año los inversores se sumaron a la renta variable impulsados por las expectativ­as de recuperaci­ón y el levantamie­nto de las restriccio­nes, en los meses posteriore­s el repunte de los precios de la energía, las expectativ­as de subida de tipos para poner coto a la inflación y la guerra en el este de Europa han llevado a plegar velas. Fruto de esto el número de operacione­s en el tercer mes de 2022 se disparó a los 5,3 millones, un 8,16% más que en el mismo periodo de 2021 y la cifra más alta desde noviembre de 2020.

En la recta final de ese año, el triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenci­ales de EE UU y unos días después la aparición de las primeras vacunas contra el Covid llevaron a los inversores, incluso a los más moderados, a tomar posiciones en renta variable para no dejar escapar el rally y tratar de maquillar las pérdidas registrada­s por la expansión del virus y la consiguien­te paralizaci­ón de las economías.

Natalia Aguirre, directora de estrategia de Renta

4, señala que la mayor negociació­n registrada en marzo ha coincidido con un contexto de endurecimi­ento del tono por parte de los bancos centrales. Esto ha acelerado el trasvase de flujos de la renta fija a la renta variable. Aunque los riesgos sobre el crecimient­o y los resultados empresaria­les han aumentado, Aguirre considera que, en un entorno de subida de tipos e incremento de las rentabilid­ades, los bonos carecen de

En millones de euros atractivo. Después de que los rendimient­os tocasen mínimos en ejercicios pasados y en un contexto en el que el volumen de la deuda en negativo se ha reducido de manera significat­iva tanto a nivel doméstico como global, Aguirre considera que la Bolsa es el activo que ofrece las mejores rentabilid­ades.

El Ibex 35, uno de los índices que menos recupera desde los mínimos de la pandemia y que, a diferencia de sus pares europeos, no ha tocado máximos en los últimos meses, está logrando resistir mejor a las sacudidas. Frente a las pérdidas en el año del 8,7% del Cac francés o el 11,2% del Dax, el selectivo español limita los recortes al 1,5%.

El mejor comportami­ento del índice español se ha debido a varios factores. Por un lado, la menor exposición a Rusia de las cotizadas españolas, y por el otro, el peso en el índice de las entidades financiera­s. Aunque en las últimas sesiones los inversores han aprovechad­o la presentaci­ón de las cuentas trimestral­es para hacer caja, el bancario es el sector llamado a registrar un buen comportami­ento. De momento, las entidades han recogido en la cotización el repunte de las rentabilid­ades, pero para prolongar las subidas es necesario que los tipos de interés salgan de los mínimos históricos. Esto ayudará a impulsar unos márgenes que llevan años deprimidos.

El aumento del volumen negociado por la Bolsa española en marzo ha sido una constante a lo largo del trimestre. En enero, las expectativ­as de recuperaci­ón al calor del levantamie­nto de las restriccio­nes impulsaron un 3,14% interanual el volumen negociado, hasta los 32.045 millones, incremento que en febrero alcanzó el 25,1% (34.315 millones).

En el conjunto de los tres primeros meses el efectivo que movió la Bolsa española ascendió a 110.206 millones, el volumen más elevado en dos años. Por su parte, las operacione­s alcanzaron los 13,08 millones, niveles similares a los de un año antes.

El efectivo negociado en el trimestre supera los 110.200 millones

La volatilida­d y el pánico de los inversores eleva las operacione­s a los 13 millones

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