Brufau dice que la transición energética costará 270 billones
Aprueba el reparto de un dividendo de 0,63 euros Realizará dos reducciones de capital en 75 millones y 50 millones de títulos
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, aseguró el viernes que “hay que descarbonizar la economía, pero eso llevará tiempo y harían falta 275 billones en 20 o 30 años”. El ciudadano debe conocer cuál va a ser la “prima verde” a pagar en un proceso que defendió, pero que hay que abordar “con inteligencia”. En la primera junta presencial en dos años, aludió a las dos grandes crisis que se han solapado: la pandemia de Covid y la invasión de Ucrania.
La pandemia llevó al mundo a la recesión y, ya en 2021, derivó en una gran recuperación que “dejó ver las consecuencias de la transición energética”. La normativa europea, que estigmatiza al hidrocarburo como “una energía del pasado, ha provocado un retroceso de las inversiones y el declino de los pozos”, señaló. El desbalance entre oferta y demanda, con un sustancial incremento de los costes, que se trasladó a los precios de los productos, y la política europea sobre el CO2 llevó a una escalada que “la sociedad no acabó de entender”, en palabras de Brufau.
En su opinión, la actual crisis ha roto el principio de globalización, con gran enfrentamiento entre bloques, no solo en el ámbito de la defensa sino en el energético. Hay que replantearse las cadenas de suministro para no poner en cuestión la transición, dijo. En el lado positivo, aludió a la unión de Europa en la defensa de los valores democráticos y del mercado único de la energía, que hay que replantearse. Y defendió el papel de los hidrocarburos en el mix energético. “Si alguien cree que el petróleo y el gas no tendrá un papel relevante en el mix, se equivoca. Ahora se ha demostrado su importancia”. La electrificación renovable, que defendió, “no es la única alternativa” y aludió a los biocombustibles, la economía circular o los combustibles sintéticos, “sobre los que no se están dando los pasos necesarios”. Criticó que en Europa se haya prohibido el fracking y que, con las restricciones al gas ruso, se esté importando el de EE UU procedente del fracking”. Repsol “no va a renunciar a sus grandes activos, la exploración de gas y petróleo y los industriales”, aunque tendrá un papel clave en la descarbonización, “de una forma rentable para los accionistas”, señaló.
Con un beneficio neto de 2.499 millones el año pasado, la compañía ha aumentado un 5% la retribución al accionista, con un dividendo de 0,63 euros acción y la reducción de 75 millones de acciones, que representa el 4,9% del capital. Esta reducción se hará de inmediato, según el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, quien comunicó una nueva recompra para este año de otros 50 millones, cantidad “que podría aumentar en un escenario de precios más favorables que el actual”. En definitiva, “más de un euro por acción”.