El problema del acuerdo con GIC
▶ Auditor. Grifols ve dispararse su deuda, una partida que ya preocupaba anteriormente a los inversores, tras la compra de su rival alemana Biotest y, de forma inesperada, desde que el jueves pasado reformulara las cuentas a petición de su auditor KPMG al considerar el acuerdo con el fondo soberano de Singapur (GIC) como pasivo en vez de como capital.
▶ 830 millones. El laboratorio catalán llegó a un acuerdo en junio con GIC para que este fondo inyectara 830 millones de euros a cambio del 23,8% de Biomat, la filial estadounidense con 300 centros de obtención de plasma, unos fondos que precisamente hubieran debido servir para aligerar la deuda. Pero KPMG considera que las condiciones de ese acuerdo lo convierten realmente en un pasivo. El laboratorio trabaja por revertir la opinión del auditor.