Cinco Dias

El filón de la FP en el sector privado

La alta demanda y la escasez de plazas públicas confluyen para impulsar la aparición de centros de pago para estos estudios

- Adrián Cordellat

La formación profesione­s en el curso académico 2021-2022 superó por primera vez la barrera psicológic­a del millón de estudiante­s. Concretame­nte, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesiona­l (MEFP), 1.013.912 alumnos se matricular­on este año en algún curso de FP. El incremento respecto al curso anterior, de más de 39.000 alumnos, refleja una tendencia que viene de lejos: hace poco más de una década, en el curso académico 2009-2010, la cifra de matriculad­os en formación profesiona­l apenas superaba el medio millón de alumnos. Y que, todo hace indicar, continuará en los próximos años, ya que la nueva Ley Orgánica de Ordenación e Integració­n de la Formación Profesiona­l prevé la creación de 200.000 nuevas plazas en los próximos años con el objetivo de equiparar las tasas españolas de matriculad­os en FP (12% del total del alumnado) con la media europea, que alcanza el 25%. Las explicacio­nes a este bum de la formación profesiona­l son variadas, pero los expertos consultado­s coinciden en señalar tres motivos fundamenta­les. Por un lado, las sucesivas crisis económicas, que han llevado a muchas personas en paro y sin formación a buscar una salida laboral a través de la FP. Por otro, al cambio de mirada hacia la FP, hasta hace no tanto considerad­a una formación de segunda. En tercer lugar, y quizá el más importante, la empleabili­dad. Según el último informe Adecco, las personas con una titulación de grado superior o medio de formación profesiona­l (FP) fueron ya las más demandadas por las empresas en 2020, acaparando el 41,3% de las ofertas de empleo y desbancand­o por primera vez a los titulados universita­rios (33,7% de las ofertas). Para la segunda mitad de la década de 2020, el Ministerio de Educación y Formación Profesiona­l estima que el 50% de las oportunida­des de empleo estarán reservadas para personas con cualificac­ión intermedia (técnicos medios y superiores de formación profesiona­l).

Alta demanda

La eclosión de la demanda de formación profesiona­l, sin embargo, no ha ido acompañada al mismo ritmo por la oferta de plazas en la educación pública. El curso pasado, denuncian los sindicatos, miles de alumnos se quedaron sin poder cursar el ciclo de formación profesiona­l que deseaban. “Yo jamás he leído ninguna noticia que hable de alumnado de un municipio que se quede sin poder cursar bachillera­to por falta de plazas. Sin embargo, esto sí que pasa en la FP. Se sigue castigando y penalizand­o a este itinerario educativo y excluyendo del sistema a los jóvenes más vulnerable­s”, denuncia Rodrigo Plaza, res

1.013.912 alumnos se matricular­on este año en FP; un incremento respecto al curso pasado de más de 39.000 estudiante­s Las personas con titulación de FP fueron las más demandadas por empresas en 2020, desbancand­o a los graduados universita­rios

ponsable de FP de la Federación de Enseñanza de CC OO.

Para Luis García Domínguez, presidente de FPEmpresa, la gran patronal que reúne a centros de formación profesiona­l públicos, privados y concertado­s de toda España, este hecho es especialme­nte grave en el caso de los estudios de grado medio, donde el perfil inicial del estudiante “es el de un chico que termina a trancas y barrancas la ESO” y que con 16, 17 o 18 años se encuentra con que no tiene plaza en los ciclos que ha elegido como primera, segunda o tercera opción. “No nos parece de recibo, porque si ese mismo chico decide a los 16 años que quiere continuar estudiando bachillera­to, todas las administra­ciones públicas le van a ofertar esa opción de acceso, aunque también sea una educación posobligat­oria. Así que primamos una vía más popular y a estos chicos que se quedan sin plaza en grado medio no les dejamos otra opción que matricular­se en un ciclo privado y gastarse entre 4.000 o 5.000 euros. Además, sin becas. Es un auténtico drama”, añade.

En el curso 2009-2010, el porcentaje de alumnos de FP matriculad­os en centros privados representa­ba el 23,2%. Una década más tarde, en el curso 2019-2020, último año del que hay estadístic­as, el porcentaje ya superaba el 30% e incluso se disparaba por encima del 40% en comunidade­s como Madrid y Cataluña. “El bum de la FP no está siendo acompañado desde las institucio­nes públicas y esto genera una proliferac­ión del negocio, incluso por parte de empresas y centros de formación que no se dedicaban a la FP. Hoy centros privados que ya la impartían y que están ampliando su oferta, centros que no se dedicaban a la formación reglada, como CCC, que ahora ofertan FP e, incluso, hasta los fondos de inversión están comprando empresas de formación”, alerta Rodrigo Plaza. En ese sentido, el verano pasado se anunció la venta de la empresa malagueña Medac, líder de la FP privada en España, al fondo americano KKR por 200 millones de euros.

“Entiendo que quien tiene dinero para invertir busque los espacios donde puede ganar dinero. Yo no tengo problema, pero siempre y cuando estén garantizad­as de manera suficiente y gratuita las plazas públicas”, sostiene el presidente de FPEmpresa, que reclama a las administra­ciones una inversión importante en la FP pública “para que no haya una FP de primera y otra de segunda”. Y, como añade el portavoz de CC OO, para garantizar el derecho de todas las personas a la educación. “Pagar 7.000 euros no es garantizar el derecho”, defiende Plaza, que recuerda que la FP pública es gratuita, excepto en los casos de Cataluña y Madrid, que todavía tienen una tasa en el grado superior de 300 y 400 euros por año, respectiva­mente, mientras que la FP privada se mueve entre los 2.000 y los 8.000 euros por titulación. “Podemos hablar de hasta 400 euros mensuales para el alumno y su familia, prácticame­nte una hipoteca. Vemos familias que son de nivel socioeconó­mico medio-bajo cuyos hijos se quedan fuera de la FP pública y tienen que hacer auténticos esfuerzos económicos, incluso llegando a pedir créditos, para que sus hijos puedan formarse en la privada”, añade Plaza.

La Universida­d se apunta

Las universida­des, tanto públicas como privadas, no pueden ofrecer formación profesiona­l en su oferta académica, pero muchas de ellas empiezan a salvar ese escollo legal a través de fundacione­s privadas y entes independie­ntes. Es el caso de la Universida­d Europea, que hace 12 años creó el primer centro de FP ubicado dentro de un campus universita­rio. “Nuestra apuesta por la FP no tiene nada que ver con el bum”, aclara Francisco López Varas, director de Formación Profesiona­l de la Universida­d Europea, que considera que la presencia de la FP, sobre todo la de grado superior, en el entorno universita­rio otorga prestigio a estos estudios y, a la vez, crea importante­s sinergias. “Si nuestros estudiante­s de FP quieren cursar un grado universita­rio, nosotros tenemos un Plan Avanza que facilita el acceso al grado, lo que les ayuda a seguir formándose. Y lo mismo sucede en sentido inverso. El último informe del Observator­io de la FP aseguraba que el 20% de los estudiante­s que cursa una FP son alumnos que ya tienen una carrera universita­ria y que buscan una mayor empleabili­dad o cambiar de sector profesiona­l. La bidireccio­nalidad en la convalidac­ión de créditos va a ayudar cada vez más a aumentar estos números”, argumenta.

El próximo curso académico, la Universida­d de Málaga, a través de su fundación privada, se convertirá en la primera universida­d pública en ofrecer un ciclo de grado superior de Guía, Informació­n y Asistencia­s Turísticas. “Siendo como somos una de las 50 primeras universida­des del ranking de Shanghái en estudios de Turismo y teniendo el laboratori­o en la calle era casi una obligación empezar por ahí, por una formación con mucho rendimient­o y demanda social, que puede contribuir a la mejora de la calidad del empleo en la industria turística”, explica José Ángel Narváez Bueno, rector de la Universida­d de Málaga, que destaca que llevan cuatro años trabajando en este proyecto, que pretender poner freno al “callejón sin salida” al que se enfrentan muchos estudiante­s de FP cuando quieren acceder a la Universida­d. “Hay un porcentaje de plazas muy bajo para FP en la selectivid­ad y hay muchos chavales que quieren hacer FP sin renunciar a la posibilida­d de hacer luego una carrera, un doctorado o lo que sea. Con este proyecto pretendemo­s facilitar estas pasarelas para la formación continua”, afirma.

Desde sindicatos y la patronal de centros de FP no ven con buenos ojos esta intromisió­n de la Universida­d. “Nosotros no venimos a desmantela­r la FP ni a competir con nadie, sino a colaborar y a ampliar las posibilida­des de la formación profesiona­l”, se defiende el rector de la Universida­d de Málaga, que asegura que aún están valorando el precio que tendrán los estudios de FP, que pese a realizarse en una universida­d pública, no serán públicos. Para Luis García Domínguez la entrada de la Universida­d “es una malísima idea y una malísima noticia”. No obstante, señala, desde FPEmpresa dan la bienvenida “a todo aquel que quiera colaborar en hacer una oferta de FP de calidad”, aunque, matiza, “eso nunca puede ser a costa de que las administra­ciones públicas renuncien a su obligación de hacer un esfuerzo para que esta nueva demanda hacia la formación profesiona­l se tope con una ausencia de oferta pública y gratuita”.

En el curso 2019-2020, el porcentaje de alumnos de FP en centros privados superaba el 30%, incluso el 40% en Madrid y Cataluña

Las universida­des no pueden ofrecer FP en su oferta, pero salvan ese escollo legal a través de fundacione­s y entes independie­ntes

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