Hacienda no mete prisa para que paguemos: sabe que acabará cobrando
Phishing, smishing, vishing... son nombres exóticos para el timo de toda la vida: a través del email, del SMS o de una llamada de teléfono, los malos se hacen pasar por agentes tributarios para solicitar información privada a los contribuyentes, y estos, agradecidos por que Hacienda se preocupe por ellos e intente ayudarles (aunque eso debería hacerles sospechar), se la conceden gustosos.
En general, hay que tratar las conversaciones telemáticas como las físicas, y no dar datos a desconocidos de primeras, salvo que muestren una placa de agentes de la policía, por ejemplo. Y leer los emails y los SMS con calma: Hacienda sabe que acabará quedándose con un bocado de nuestros ingresos, no necesita meter prisa.