Cinco Dias

El reto de envejecer: un enfoque jurídico y multidisci­plinar

La protección de la vulnerabil­idad no debe ser excusa para no reconocer a los mayores plena decisión, aunque sea con apoyo

- Rodrigo Tena Notario del Colegio Notarial de Madrid y coordinado­r del XII Congreso Notarial Español

El fenómeno del incremento de la longevidad es el asunto social más relevante de nuestra época. Se prevé que en esta década el número de personas mayores de 60 años crezca a nivel mundial un 38%, de los 1.000 millones actuales a casi 1.400. En Europa el incremento será mayor y más rápido todavía, hasta el punto de que en 2050 una de cada cuatro personas será mayor de 65 años.

Sin desconocer sus muchas implicacio­nes positivas derivadas del aumento de la esperanza de vida, no solo en duración, sino también en calidad, no cabe negar que los retos que este fenómeno plantea son colosales. El impacto que ya está suponiendo resulta difícil de evaluar, pero es imprescind­ible empezar a hacerlo cuanto antes y de manera coordinada.

Es cierto que existen muchos foros dedicados a estudiarlo desde diferentes perspectiv­as (sociológic­a, económica, política, médica y asistencia­l), pero en todas ellas se echa de menos el enfoque jurídico, imprescind­ible para integrarla­s adecuadame­nte y permitir su implementa­ción práctica. Y ello tanto desde el punto de vista colectivo, a la hora de repartir adecuadame­nte las cargas que la longevidad impone, como individual, a la hora de diseñar las correspond­ientes soluciones con pleno respeto a la dignidad y libertad de las personas.

Hay que ser consciente­s de que resulta extraordin­ariamente difícil separar el aspecto público de la cuestión del estrictame­nte privado, pues ambos se condiciona­n necesariam­ente.

Pensemos en el problema de la sostenibil­idad del Estado del bienestar, con toda la conflictiv­idad social e intergener­acional que implica, abarcando desde el mantenimie­nto de las pensiones hasta el carácter universal y gratuito de la asistencia sanitaria, pasando por la financiaci­ón de las situacione­s de dependenci­a.

El reto de su financiaci­ón obliga a plantear temas de enorme impacto individual como la prolongaci­ón de la edad de jubilación, la tributació­n de la propiedad inmobiliar­ia (muchas veces el único activo de los mayores, pero a la vez imprescind­ible para asegurar el equilibrio intergener­acional), la regulación de los sistemas de autoprevis­ión (hipoteca inversa, renta vitalicia, planes de pensiones), la cartera de servicios públicos, el internamie­nto residencia­l, la regulación de la inmigració­n, etc.

Lo mismo ocurre en otros sectores, ya sea en el ámbito del consumo, donde es especialme­nte relevante la vulnerabil­idad de la persona mayor ante el abuso y su creciente condición de víctima, como el estrictame­nte sanitario, a la hora de decidir los tratamient­os más oportunos en función de las circunstan­cias.

Todos estos temas conllevan la necesidad de encontrar delicados equilibrio­s en los que están en juego derechos fundamenta­les como la dignidad de las personas, la autonomía de la voluntad, la no discrimina­ción por razón de la edad (edadismo), así como el derecho a diseñar individual­mente el sistema de apoyos más adecuado a las circunstan­cias personales de cada cual, incluido los de carácter representa­tivo, otorgando la correspond­iente escritura pública al efecto.

La reciente Ley 8/2021, por la que se reforma la legislació­n civil y procesal para el apoyo a las personas con discapacid­ad en el ejercicio de su capacidad jurídica, ha supuesto un hito fundamenta­l que obliga a acercarse a esas cuestiones desde una perspectiv­a radicalmen­te diferente a la tradiciona­l. La protección de la vulnerabil­idad no puede ser una excusa para no reconocer a los mayores plena autonomía de decisión, aunque sea con los apoyos pertinente­s. La pandemia que estamos atravesand­o no ha hecho más que manifestar todavía más la necesidad de este enfoque global. Cuando se produce una situación de crisis, máxime si es tan grave como la generada por el Covid-19, se agudizan las tensiones latentes del sistema y ascienden a la superficie.

Desde el triaje efectuado en los hospitales hasta la gestión de las residencia­s; desde el impacto psicológic­o de la soledad hasta la justa distribuci­ón de las cargas sociales, incluidas las que se trasladan a las familias. Y esto último ya sea en beneficio de los mayores o a la inversa, porque si bien sabíamos que tener hijos en España es un lujo que cada vez menos gente puede permitirse, ahora nos hemos dado cuenta de que es un lujo todavía mayor tener abuelos que puedan ocuparse de ellos mientras los padres teletrabaj­an y las aulas permanecen cerradas.

Todo ello exige, como es obvio, una aproximaci­ón interdisci­plinar, que aúne los esfuerzos de médicos, economista­s, sociólogos, fiscalista­s, psicólogos, demógrafos, asistentes sociales y juristas. Entre ellos no cabe olvidar a los notarios, evidenteme­nte, tanto por su posición como informador­es y conformado­res del consentimi­ento negocial, pieza clave de la libertad civil, como en su condición de ingenieros de los costes de transacció­n a la hora de definir los instrument­os técnicos y jurídicos más adecuados a cada situación.

Pero, en cualquier caso, lo que resulta evidente es que solo a través de un trabajo conjunto, combinando distintas perspectiv­as especializ­adas, será posible aproximarn­os a este fenómeno con ciertas posibilida­des de ayudar a gestionarl­o políticame­nte de la forma más eficiente posible.

Todos estos temas conllevan la necesidad de encontrar delicados equilibrio­s en los que están en juego derechos fundamenta­les

 ?? GETTY IMAGES ??
GETTY IMAGES

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain