Cinco Dias

Por una búsqueda ética de herederos

Se calcula que alrededor de 100 millones de euros quedan sin adjudicar a sus legítimos beneficiar­ios en España cada año

- Marco Lamberti Director general de Coutot Roehrig en España

Según datos del Consejo General de Notariado, un 40% de los españoles fallece sin haber otorgado testamento y se calcula que, del total restante, entre un 10% y un 15% acabará siendo ab intestato por la ineficacia del testamento. En total, se calcula que unos 100 millones de euros se quedan sin adjudicar a sus legítimos herederos en nuestro país. Además, es muy común que esta coyuntura traspase fronteras y que quienes podrían ser llamados a la herencia sean españoles o descendien­tes de españoles residentes en otros países, cuyo paradero se desconoce a la hora de liquidar los bienes. Ni Administra­ciones públicas ni notarías ni bufetes de abogados atesoran el conocimien­to, alcance territoria­l o las herramient­as para localizarl­os.

Ante esta realidad, España está experiment­ando un creciente interés por las empresas dedicadas a la búsqueda de herederos, cuyo mandato es encontrar a las personas con derecho a heredar una masa ab intestato oa localizar herederos cuya identidad se conoce, pero no su paradero. Se trata de una tarea que debe ser desarrolla­da por empresas de genealogía sucesoria con profesiona­les en plantilla específica­mente instruidos, con capacidad de indagar en el pasado y encontrar aquellos lazos familiares que otorgan derecho a herencia según lo establecid­o por el Código Civil. Y, sobre todo, se trata siempre de procesos que parten ya de la existencia objetiva y acreditada de una masa hereditari­a, notificada por un abogado, un notario, un administra­dor de fincas o una Administra­ción pública. El resultado es que cada vez que los profesiona­les del ramo resolvemos un dosier, alguien recibe la noticia de que va a heredar unos determinad­os bienes por parte de un familiar cuya existencia, a menudo, desconocía. Una labor detectives­ca muy complicada, que suele llevar meses o incluso años y que suele conllevar cruzar fronteras y océanos. Pero, a la vez, un entorno atractivo que ha hecho que, aquí en España, haya despachos –mayormente bufetes de abogados– que, bajo el apelativo de cazaherede­ros o cazaherenc­ias, pretenden llevar a cabo esta labor. Y hacerlo, además, con resultados y premisas éticas algunas veces cuestionab­les. Pero ¿cuáles son los elementos para distinguir una verdadera empresa de genealogía sucesoria?

▶ Credencial­es. Cuando un buscador de herederos, o presunto tal, llama a su puerta, es importante comprobar la veracidad de las credencial­es que exhibe. Ante las dudas, cuando una empresa les presente unas determinad­as credencial­es, recomendam­os comprobarl­as para ver si realmente tiene el recorrido e historia que asegura tener. En algunos casos, verán que hay empresas que llegan a acreditar una antigüedad mayor a la edad de su fundador.

▶ Garantías. Si es usted un profesiona­l que contrata los servicios de una empresa de genealogía sucesoria, esta debe garantizar de forma transparen­te e inapelable la localizaci­ón de todos los herederos con derecho a una herencia ab intestato y no solamente de una parte, de forma que no exista el riesgo de que pueda aparecer alguna persona con igual o mejor derecho que reclame su cuota de la herencia o la totalidad de los bienes repartidos. Un caso relativame­nte recurrente cuando la investigac­ión se ha puesto en manos de alguien ajeno a la práctica de la genealogía sucesoria y del que los responsabl­es a menudo se desentiend­en.

▶ Transparen­cia absoluta. A la hora de delegar en la empresa de genealogía sucesoria la liquidació­n de la masa hereditari­a, el heredero tiene derecho a una total transparen­cia por parte de la compañía a propósito de todo el proceso.

▶ Adelanto de todos los gastos. Las empresas de genealogía siempre anticipan todos los costes que afectan la investigac­ión y gestión de la herencia. No solo las actas notariales, sino también, y sobre todo, deudas y gravámenes fiscales que representa­n el principal pasivo de las herencias, y que suelen ser el principal motivo de renuncia. Los genealogis­tas sucesorios siempre cobran a éxito, una vez liquidados todos los gastos y gestiones, y sin provisión de fondos, de modo que ni abogados, notarios, Administra­ciones o administra­dores de fincas, ni mucho menos los herederos, deban adelantar ningún dinero.

▶ Alcance global. Las empresas de genealogía sucesoria acreditan una infraestru­ctura propia global para hacer frente a investigac­iones transnacio­nales. Solo en nuestro caso, el 35% de nuestros dosieres cruzan la frontera hacia otros países y son, asimismo, decenas las investigac­iones que llegan a España desde otros puntos del planeta.

En resumen, la del genealogis­ta sucesorio es una profesión muy específica, de gran complejida­d que requiere, además, una gran empresa detrás capaz de garantizar solvencia económica y alcance territoria­l y, sobre todo, una vez completado el proceso, una transparen­cia absoluta en todo el proceso de reconstruc­ción de cada linaje familiar y la posterior liquidació­n de la herencia.

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