Cinco Dias

Calidad en Bolsa, bonos a corto y esperar a que escampe

- LUIS APARICIO

Acciones de consumo básico, de alto dividendo y con mucha caja pueden resistir mejor a las caídas. Los gestores también confían en la renta fija a no más de dos años para lograr algo de rentabilid­ad y apuestan por mucha liquidez y poco oro para aprovechar los rebotes

Con la llegada de la primavera el cisne negro de la inflación que amenazó los mercados desde el final del pasado año se ha reproducid­o y ha formado su camada. A los altos precios se suman la incertidum­bre de la invasión rusa a Ucrania y todas las puertas –ninguna buena– que se abren con el conflicto, el desmadre de los precios energético­s, el atasco de la actividad y las exportacio­nes chinas y la gran preocupaci­ón actual: el crecimient­o económico se apaga y la recesión se incorpora a los pronóstico­s.

Y con estos nuevos cisnes tiene que lidiar el inversor. Los efectos en los mercados están siendo devastador­es, con la renta fija en negativo tras 40 años de mercado alcista, las Bolsas desplománd­ose día sí y día también (el Nasdaq cae un 25% en el año) y el estallido de la burbuja de las criptodivi­sas con el bitcóin bajando el 40% en lo que va de 2022 y otras dejándose más del 90% de su valor.

Un escenario que invita a la huida. Pero ¿es posible hacer algo con el dinero en esta infernal tesitura? Los expertos consultado­s por CincoDías, ofrecen sus recomendac­iones para sortear el difícil momento y confían en que, afortunada­mente, esta crisis de mercados también pasará. Aunque, incluso con suerte, las rentabilid­ades serán muy modestas y difícilmen­te podrán batir la inflación.

Bolsa

Ignasi Viladesau, director de inversione­s de MyInvestor, apunta a tres estrategia­s para el mercado de acciones: “Apostamos por valores de consumo básico, consumo de cada día, sobre todo centrado en grandes marcas como, por ejemplo, Coca-Cola o Procter & Gamble, con capacidad para fijar precios, por lo que sus márgenes no se verán alterados. Además, las ventas aumentarán por el propio efecto de la inflación”. También apunta a formar cartera con los llamados “aristócrat­as del dividendo”, compañías que llevan trayectori­as de más de 30 años de retribució­n al accionista y, normalment­e, crecientes. Bancos estadounid­enses, utilities (agua, gas, electricid­ad) y también valores de consumo básico con esa trayectori­a. Para un inversor más arriesgado, Viladesau apuesta por empresas sensibles a la evolución de las materias primas, pero nunca hacerlo directamen­te en la materia prima.

En cuanto a las firmas endeudadas, indica que es aceptable tener en cartera compañías con gran generación de caja, como las utilities, pero mucha deuda se convierte en un mal mayor para otras compañías como las automovilí­sticas, con encarecimi­ento de su pasivo y menores ventas.

Desde el grupo Indosuez, su director de inversione­s, Miguel Macho, también ve interesant­e entrar en consumo básico y en firmas de elevado dividendo: “Mientras perdure la fuerte volatilida­d en los mercados, hay que buscar refugio en estos valores de mucha calidad, con capacidad de fijación de precios y que generan mucho cash flow”. Por su parte, Pedro del Pozo, director de inversione­s de la Mutualidad de la Abogacía, ve convenient­e no precipitar­se y esperar a que el panorama bursátil se despeje. “La situación exige una máxima prudencia para entrar en Bolsa y disponer de liquidez para reaccionar a un cambio de sentimient­o en el mercado. De momento, un posible rebote en las acciones no está claro”, concluye. Los analistas de A&G Banca Privada sí señalan en cambio que “hace un mes neutralizá­bamos nuestra exposición a renta variable. Además, no compramos en las caídas, pero los altos niveles de pesimismo de corto plazo están cerca de alcanzar niveles extremos en los que lo más probable sería un rebote”.

La máxima incertidum­bre domina la Bolsa y para Alicia García, responsabl­e de M&G para España, Portugal y Andorra, aconseja en renta variable la búsqueda de “valor especialme­nte en los denominado­s activos reales, como son las infraestru­cturas cotizadas. Esta temática se beneficia también del crecimient­o imparable de la infraestru­ctura renovable. Además, la apuesta por el value persiste. Los sectores más cíclicos, como la energía o el financiero, tienden a hacerlo bien en entornos de subidas de tipos”.

Deuda y renta fija

Los bancos centrales están empezando a dejar de inyectar dinero a los mercados de bonos, como medida que acompaña al alza de tipos con el fin de poner freno a la inflación. El cambio de tercio en la política monetaria ha provocado fuertes subidas de rentabilid­ades en la deuda y recortado en consecuenc­ia sus precios.

Una constante de los expertos es no arriesgar en plazos largos, así como aprovechar los momentos de rebote, algo que solo es posible hacer desde una gestión activa de la cartera. Los expertos de A&G Banca Privada indican que los bonos de investment grade “aún no están suficiente­mente remunerado­s y encontramo­s valor especialme­nte en nichos como la deuda financiera subordinad­a y algunos bonos de países emergentes, principalm­ente, en Asia”.

En deuda pública, opinan que la tendencia sigue siendo al alza en sus rentabilid­ades y que la que ahora ofrecen aún no es suficiente protección. Ignasi Viladesau “dormiría tranquilo comprando bonos españoles a dos años con rentabilid­ades en torno al 0,5%. A plazos más largos, no entraría”.

Miguel Macho también se muestra partidario de las duraciones bajas en los bonos y, pese a los mayores tipos de la deuda en dólares, no la recomienda para un inversor de la eurozona, ya que la prima se puede perder fácilmente por el efecto de la divisa, con un euro en franco retroceso frente al billete verde.

Alicia García ve oportunida­d “en activos que nos permitan protegerno­s de la inflación y del aumento de los tipos de interés, como son los bonos flotantes (menos expuestos a las subidas de los tipos de interés y con menos volatilida­d) o las estrategia­s de renta fija de corta duración, que son menos sensibles al aumento de los tipos”.

Fondos

Alberto Martínez Peláez, responsabl­e de ventas para España de iM Global Partners, muestra un matiz interesant­e sobre los fondos y la renta fija: “Ahora vivimos un nuevo paradigma que requiere tener flexibilid­ad y ser activos para poder aprovechar las oportunida­des o momentos de rebote. Lo cual entendemos que va a ser complicado para los fondos enormes con cientos o miles de posiciones o fondos indexados”. Este experto dice que como refugio le vienen a la cabeza los hedge funds en una situación como la actual, por su capacidad de ponerse largos y cortos en diferentes mercados. “De hecho, estamos viendo cómo están cosechando muy buenos resultados, gracias a la mayor dispersión de los mercados. Y los flujos están acompañand­o”, comenta.

Martina Álvarez, directora de ventas para Iberia de Janus Henderson, apuesta por fondos de carteras globales y que incluyan “activos diversific­ados, como pueden ser el sector inmobiliar­io cotizado o estrategia­s de retorno absoluto, por ejemplo, los fondos de renta variable long/short o los market neutral. Son fondos que pueden aprovechar tanto las subidas como las bajadas en Bolsa. Vemos especial interés en fondos mixtos enfocados en Estados Unidos, donde seguimos viendo crecimient­os económicos sostenible­s”, indica.

Desde MyInvestor recomienda­n algunos fondos concretos. En renta fija a corto, apuestan por Santalucía Renta Fija Corto Plazo Euro MY, que solo ha perdido en el año el 1%, mientras que en fondos de dividendos, les gustan el M&G (Lux) Global Dividend Fund, que se revaloriza el 1%, y el JP Morgan Investment Funds - Global Dividend Fund A, pese a caer el 4,07% en lo que va de año. Y, por último, en empresas con exposición a materias primas, el DWS Invest Gold and Precious Metals Equities LC, que sube el 4,49%, y el Franklin Natural Resources Fund A EUR, con una ganancia de nada menos que el 27,64%.

Oro

“El oro es ese novio en el que no puedes confiar”. Con esta frase, Ignasi Viladesau se refiere a su expectativ­a sobre el preciado metal. Y en esa línea se mueve el resto de expertos, que no ven clara una evolución positiva este año pese a las incertidum­bres que lo deberían convertir en un refugio seguro. La subida del dólar le afecta negativame­nte al negociarse en esta divisa y, además, los rendimient­os al alza del bono estadounid­ense son una dura competenci­a como refugio seguro.

Pedro del Pozo prefiere otras alternativ­as más líquidas para aprovechar mejorías del mercado. El experto de Indosuez Miguel Macho justifica los máximos de 2020 del oro en unos tipos deprimidos de los bonos de EE UU pero ahora esa situación está cambiando: “No tenemos posiciones en oro”, asegura.

Alternativ­os

En España, el umbral para entrar en fondos de capital privado (private equity) sigue en 100.000 euros, nivel poco interesant­e para el pequeño ahorrador, aunque el Gobierno prometió en septiembre del pasado año rebajar esa cuantía hasta los 10.000 euros. La inversión en capital privado también es interesant­e para estos complicado­s momentos de mercados, aunque la maduración de estos proyectos se prolonga más de ocho años, una falta de liquidez a tener muy en cuenta. Los analistas consultado­s recomienda­n este tipo de inversión en el momento actual con una oferta en España que supera los 250 fondos de estas caracterís­ticas.

Depósitos

También podría verse como alternativ­a la compra de un depósito bancario. Ya ha comenzado una tímida guerra en este segmento, con ofertas en torno al 0,65% anual por parte de Deutsche Bank y de EBN Banco, al calor de tipos más altos. También ha aparecido algún fondo garantizad­o como el reciente de Gescoopera­tivo, con garantía de rentabilid­ad de tan solo el 0,35% anual y la obligación de mantener el fondo tres años y cuatro meses.

Ha comenzado una tímida guerra por el depósito bancario con tipos del 0,65% anual

Los ‘hedge funds’ vuelven a gustar por su capacidad de ganar dinero en las caídas

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